La Plata

No hubo feriado para los comerciantes que resisten como pueden

En la semana previa al Día del Padre, y con la esperanza de activar las ventas, algunos locales del centro abrieron sus puertas al público.

Ante la necesidad de generar ingresos y sobrellevar la crisis económica, muchos comerciantes de la ciudad volvieron a trabajar.

El dueño de una casa de zapatos e indumentaria sobre calle 8 dijo a diario Hoy que decidió abrir desde temprano por la semana previa al Día del Padre, pero que, pese a levantar las persianas, las demanda fue nula.

Al respecto, expresó que la situación es insostenible. “En relación al tema del alquiler ya hablé, ya dije que no lo podía pagar”, sostuvo.

Los comercios cerrados, los que aún sobreviven, poseen llamativos carteles pegados en sus cortinas. En los mismos están los teléfonos, los horarios y las formas de ventas. Todo lo necesario para poder seguir trabajando a pesar de no estar habilitados para atender en el interior de los mismos.

Las medidas sanitarias ya están aprobadas por el Municipio, pero la autorización de la Provincia todavía no llega. Los días pasan y las consecuencias siguen aumentando. “Va ser muy difícil recuperarse”, manifiestan los que aún siguen en pie, porque cientos ya cerraron.

“Se necesita trabajar”, le dijo a este multimedio un empleado de una tienda de ropa ubicada en diagonal 80 y 49. Con la puerta del negocio abierta, pero con una mesa larga de madera que prohíbe la entrada, el joven ofrece a quienes pasean que se acerquen a ver los productos.

Con un barbijo y con un frasco de alcohol en gel apoyado a un costado de la mesa, el muchacho precisó que durante la mañana hubo bastante movimiento.

“No tiene sentido tener todo cerrado. La gente ya aprendió a cuidarse, aprendió a tenerle miedo al virus. Los que somos grandes tratamos de dar las menos vueltas posibles. La gente ya tiene concientización sanitaria”, manifestó el propietario de una casa de zapatos de diagonal 80 y 46.

El hombre, que hace más de 40 años tiene el local, se quejó de la posibilidad de ofrecer su mercadería a través de la venta online. Según él es imposible, porque quien compra es muy probable que lo vuelva a cambiar. “Es algo muy específico, tengo que ir las 20 veces que se lo prueba”, ironizó.

El señor contó que desde diciembre bajaron los pedidos y que en febrero, cuando comenzó a circular la información del coronavirus, todo se frenó. “El comercio en la ciudad de La Plata, si no hay oficina pública, no hay escuelas y no hay bancos, no existe. Es así. Para recuperarse va a costar muchísimo”, concluyó.

Jorge, que atiende un negocio de antigüedades, también detalló lo grave del panorama. “Esta situación se viene arrastrando desde enero”. El vendedor dijo que se mantiene en pie gracias a la ayuda de familiares y amigos. Las ventas desaparecieron y el trabajo de los fines de semana, de ir a un puesto ubicado en una plaza San Telmo, también se terminó, reveló.

Los meses pasan y quienes aún subsisten no saben cuál va a ser el final. Muchos se quedaron en el camino. Otros, con las herramientas que pueden, luchan como pueden con la esperanza de encontrar una salida.

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