Ofrecieron tres funciones de cine distendido para niños con TEA

Más de 600 personas disfrutaron de estos espectáculos destinados a chicos con Trastorno del Espectro Autista y otras neurodivergencias.

Durante la mañana del domingo, más de 600 personas disfrutaron de las primeras tres funciones distendidas que Dísney y una gran cadena de cines ofrecieron en tres de sus salas del Área Metropolitana de Buenos Aires para niños con TEA (Trastorno del Espectro Autista) y otras neurodivergencias. La iniciativa dispone también del asesoramiento de la ONG Salidas Inclusivas y de especialistas en materia de inclusión social y cultural de personas neurodivergentes, convivencia y accesibilidad.

En este sentido, estos niños contaron con la posibilidad de observar La Sirenita sin tener que soportar estímulos sensoriales que los dañen.

Hasta la actualidad, solo habían ofrecido funciones de cine distendido centros culturales y cines de ciudades pequeñas por iniciativa estatal o de organizaciones de la sociedad civil, aunque no había antecedentes en grandes cadenas comerciales y menos en alianza con una de las grandes compañías de la industria cinematográfica.

La vicepresidenta de Responsabilidad Social Corporativa, Gestión de Marca y Diversidad, Equidad e Inclusión de Dísney para la región, Belén Urbaneja, señaló que, si bien habían realizado algunas pruebas piloto con invitados, “son las primeras (entradas) que ponemos a la venta” para una función de cine distendido y “entiendo que es una de las primeras experiencias” en una cadena de cine comercial a nivel país en la que, además, “estamos probando recursos que hemos desarrollado para que sean de uso gratuito y libre para la industria para que esto empiece a replicarse”.

Por su lado, los espectáculos de cine, teatro o shows en vivo “distendidos” se caracterizan por incorporar adaptaciones cognitivas, a fin de hacerlos más comprensibles, y estímulos sensoriales reducidos, para evitar la desregulación.

En el caso del cine, estas funciones se caracterizan por efectos de luz y sonidos suavizados; la libertad de movimiento en la sala ocupada solo al 70 por ciento; puertas abiertas y permiso para ingresar y salir las ocasiones que sean necesarias o para entrar con dispositivos de regulación sensorial; disponibilidad de espacios contiguos destinados a favorecer el restablecimiento del equilibrio en caso de crisis; staff especialmente capacitado; y señalizaciones de pictogramas para identificar lugares o secuencias de acciones esperadas.

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