Parcum: un polo industrial que marca el rumbo del desarrollo en Pergamino

Estos espacios productivos se constituyen como motores clave en la generación de empleo, innovación tecnológica y desarrollo económico.

El Parque Industrial Tecnológico Mixto de Pergamino, representa una experiencia singular en la región. Parcum fue concebido desde su origen como una pieza de ciudad diseñada con reglas claras, visión de futuro y sentido arquitectónico. Su trazado, su normativa constructiva, la relación entre calles, lotes, retiros y alturas, la elección de los materiales, la resolución de los servicios: todo responde a un sistema. Y todo sistema, si está bien diseñado, es arquitectura.

La decisión de impulsar un parque industrial mixto no es solo económica o política. Es, también, una decisión proyectual. Significa intervenir en el territorio con un criterio de orden, definir cómo y dónde se va a construir, anticipar conflictos, garantizar infraestructura, y sobre todo, evitar la dispersión de usos y la degradación ambiental.

En ese sentido, Parcum parte de una premisa clara, producir, pero dentro de una lógica urbana inteligente. La ciudad de Pergamino crecía, el sector privado demandaba suelo industrial y las normativas vigentes no alcanzaban para responder con velocidad y criterio. Allí aparece el parque como una herramienta de planificación, que le permite al Estado acompañar la radicación de empresas sin resignar control ni calidad urbana.

La figura de “parque industrial mixto” le da además flexibilidad, permite combinar industrias de distinto tipo con actividades de base tecnológica o servicios estratégicos, ampliando el perfil productivo del parque y favoreciendo la sinergia entre empresas, el vínculo con instituciones educativas y el desarrollo local con agregado de valor.

Para ubicar un parque industrial es fundamentalmente, una operación de implantación arquitectónica a gran escala. La elección de suelo, la topografía, la orientación, la relación con el casco urbano y con los corredores logísticos son todas variables que impactan directamente en el uso cotidiano del espacio y en su proyección futura.

El parque se encuentra a pocos minutos del centro de Pergamino, sobre trazas viales que lo conectan con rutas provinciales y nacionales. Esa accesibilidad estratégica lo convierte en un nodo logístico eficiente, sin saturar las zonas residenciales ni comprometer la movilidad urbana.

Uno de los aspectos más destacados de Parcum es su reglamento interno de construcción, que funciona como una guía proyectual colectiva. Cada empresa que se radica en el parque debe presentar su proyecto para ser visado, cumpliendo con parámetros específicos que definen desde los factores de ocupación del suelo hasta la altura máxima de las naves, los retiros obligatorios, la estética de las fachadas y la ubicación del cartel de identificación.

Por otra parte, se exige que las construcciones sean de estructura metálica o de hormigón, que estén preparadas para soportar puentes grúa, y que los cerramientos respeten líneas limpias, sin instalaciones visibles ni salientes agresivos.

A diferencia de otros desarrollos industriales, Parcum no centraliza sus redes de servicios básicos, sino que establece esquemas descentralizados con pautas de diseño estandarizadas. Cada empresa debe hacerse cargo de su provisión de agua, de su perforación, de su sistema de tratamiento de efluentes mediante biodigestores y pozos absorbentes, y de su acometida eléctrica. Pero todo eso debe realizarse dentro de los parámetros técnicos definidos en el reglamento, lo que garantiza eficiencia, sustentabilidad y coherencia edilicia.

Esta forma de organización tiene una lógica arquitectónica clara, garantizar autonomía sin perder control, permitir crecimiento sin perder identidad, y reducir los costos comunes sin afectar la calidad de la infraestructura. 

Parcum no es solo un desarrollo industrial. Es, también, una manifestación de arquitectura territorial aplicada a una visión de ciudad. 

En tiempos donde muchas ciudades padecen las consecuencias de la improvisación y la falta de planificación, Parcum es una muestra concreta de que la arquitectura también se escribe con suelo, reglamentos, infraestructura y visión.

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