Piden más controles tras otro fin de semana con ruidos y picadas en el camino a Punta Lara

A diferencia de lo que suele pasar durante los meses de verano, pasar los fines de semana por el camino a Punta Lara ha dejado de ser una tradición sana y segura para los vecinos de la región.

El domingo, a pesar de los anuncios de las lluvias, muchas personas optaron por recorrer la continuidad de la diagonal 74 para llegar a la rivera de la región, pero, ya en territorio de Ensenada, el caos vehicular ganó protagonismo.

La falta de controles por parte de la gestión municipal de la vecina ciudad derivó en que otra vez grupos numerosos de motoqueros (más de 50 que salen a correr en grupo) pasaron, a velocidades muy altas, a metros de donde estaban estacionados los autos de los vecinos que se aprestaban a tomar martes y ver la puesta del sol.

Esta no es la primera vez que sucede este hecho: durante todo el inverno se repitió casi de forma sistemática, en lo que asoma como una práctica diagramada por los motoqueros, que en su mayoría estaban sin casco, realizan peligrosas maniobras como manejar en una sola rueda.

La situación se trasladó desde Ensenada a La Plata, ya que es el mismo grupo el que, viniendo desde la zona de Punta Lara, llega hasta la rotonda de 32 y 12 y de allí empalma la 122 hasta 52 para meterse por uno de los laterales al paseo del Bosque. El recorrido fue monitoreado por las cámaras de la ciudad de La Plata y se observó, en más de una ocasión, que las motos salieron raudamente por la avenida Iraola del Bosque tomando la calle 53 hasta Plaza San Martín y extendiendo el recorrido hasta la zona del Centro Cultural Islas Malvinas.

La situación fue denunciada por la comuna de La Plata, pero tiene origen en las calles de Ensenada, en donde el recorrido se inicia por la avenida Almirante Brown hasta Punta Lara, sin que haya controles de ningún tipo que puedan detenerlos un sábado o domingo a la tarde.

Por todo esto, vecinos que están instalados hace años en Villa del Plata reclamaron por la presencia de patrullas municipales o controles para terminar con las picadas ilegales, pero principalmente con los circuitos y recorridos en grupos de más de 50 motos, en su mayoría en infracción por las maniobras que realizan y las velocidades que toman para ir desde Ensenada hasta La Plata.