Reactivan las obras en construcción

Controles estrictos de temperatura corporal, turnos para comer y desinfecciones establecidas. Así es el nuevo protocolo de trabajo del sector

La resolución 165 publicada ayer en el Boletín Oficial de la provincia de Buenos Aires detalló las distintas disposiciones del protocolo aprobado para la reactivación de las obras en construcción.

El mismo fue elaborado por la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (Uocra) y la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco).

Semanas atrás, el Ministerio de Trabajo había dictado una resolución que obligaba a los empleadores a aplicar un reglamento mínimo de seguridad y salud en el ámbito laboral “adecuado a las tareas y actividades que se realicen en cada uno de sus establecimientos”, en sintonía con la situación generada por el coronavirus.

A partir de las sugerencias sanitarias, el sector de la construcción preveía demasiadas complicaciones para que la actividad volviera a funcionar. El principal problema es la circulación de obreros y el distanciamiento social en el lugar de trabajo.

La resolución establece que ante la presencia de síntomas compatibles con los de coronavirus hay que dar aviso inmediato a la jefatura de obra y al delegado, llevar a
la persona al punto de aislamiento provisorio definido, evitar todo contacto y solicitar asistencia a la autoridad sanitaria de la
jurisdicción.

Antes de ingresar a la obra deben realizarse controles estrictos, consultando a los trabajadores por posibles síntomas y monitoreando la temperatura corporal. Quienes presenten 37.5º o más no podrán entrar.

Además “las salidas para la compra de insumos o alimentos también están regulados: sólo podrá salir un único trabajador por cada diez empleados, y la fila de acceso a la obra será con una separación mínima de 1,50 metros entre las personas”, así se aclara en el protocolo, y se especifica que “los empleados de las empresas subcontratistas deberán tener diferentes horarios de acceso a la obra”.

Por otro lado, se sugiere lavado de manos, desinfección de teléfonos, evitar saludos, besos y reuniones grupales, no compartir vasos, botellas, utensilios ni mate. Las tareas que requieran acciones colectivas deben realizarse evitando cualquier tipo de contacto.

Asimismo, el empleador es el encargado de proveer el suministro de insumos de limpieza e higiene personal (jabón líquido, toallas de papel o secador de aire eléctrico) y designar personal para la limpieza y desinfección de objetos y superficies. Los ambientes tienen que ventilarse constantemente y las frecuencias de limpieza establecidas tendrán que ser respetadas.

Respecto a este último punto, las mesas de los comedores deben estar cubiertas con nylon para ser desinfectadas fácilmente antes y después de cada uso. El acceso a comedores y vestuarios estará organizado por turnos.

El protocolo aclara que los elementos de protección no son reutilizables y que las herramientas, máquinas de mano y equipos de trabajo deben ser limpiados antes de devolverlos al pañol. Se aclara que deberá evitarse el intercambio de herramientas y equipos sin ser previamente desinfectados.

En caso de utilizar vehículos para el transporte de personal, los mismos deben ser desinfectados antes y después, debe mantenerse una separación de 1,50 metros entre personas y viajar con las ventanillas abiertas.

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