Reconstruyeron el rostro de un simio de hace 12 millones de años

La reconstrucción del gran simio que vivió en Barcelona, conocido como Pau, fue en 3D.

A prácticamente 20 años de su hallazgo en Barcelona, un equipo de paleontólogos logró reconstruir el rostro de Pau, un gran simio que vivió hace 12 millones de años en tierras catalanes. Gracias a este “lifting prehistórico”, hecho en 3D, se pudo llegar al retrato más preciso hasta el día de hoy de este primate tan particular.

“El objetivo de esta investigación no pretendía sólo saber cuál era la morfología real de la cara de Pau sino comprender mejor las afinidades de sus rasgos faciales. Este estudio también nos permite reconstruir la historia evolutiva de la cara de los homínidos utilizando aproximaciones morfométricas comparativas de última generación”, destacó Sergio Almécija, integrante del equipo a cargo. Para llevar adelante este proceso, donde los restos de Pau estaban en buen estado aunque fragmentados, pasaron los fósiles por un escáner de tomografía computarizada, donde virtualmente pudieron corregir las deformaciones detectadas. “Es muy diferente a la de los orangutanes, gorilas y chimpancés actuales”, remarcaron al respecto.

La importancia de Pau radica en que es el representante más antiguo hasta la fecha conocido de la familia Hominidae. En lo que refiere a sus características, este simio pesaba alrededor de 35 kilos, y medía entre un metro y 1,20 metros. Por otro lado, sus caninos eran prominentes y grandes y el desgaste de su dentadura revela que murió joven. Si bien se desconoce la causa, se estima que unos carnívoros carroñeros de su entorno o lo mataron o aprovecharon sus restos cuando había muerto. Sumado a esto, contaba con un tórax ancho y estrecho entre el hombro y pecho, omóplatos situados en la espalda, una clavícula larga, vértebras de la zona lumbar más acortadas y una disposición característica de la articulación entre el antebrazo y la muñeca.

Tras esta reconstrucción, el equipo a cargo mencionó que espera contar con nueva información para entender aún más cómo era la historia en ese entonces y cómo se desarrollaban esos primates, ya que todavía no hay confirmación sobre si pertenece a los homínidos más primitivos, o a los primeros homininos. De esta forma, gracias a este proceso esperan determinar su lugar dentro del árbol evolutivo. “Un resultado interesante del modelo evolutivo del estudio es que el cráneo de Pierolapithecus tiene una forma y un tamaño más cercanos al ancestro a partir del cual evolucionaron los grandes simios y los humanos”, cerró Almécija.

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