Restos del pasado, especies que custodian y el mayor bosque petrificado del mundo
En la árida patagonia se encuentra un lugar único y cada vez más visitado. Se trata del área natural protegida bosque petrificado Sarmiento, donde existen restos de un ecosistema de 65 millones de años.
Un escenario atractivo donde la historia y el presente se juntan para brindar a miles de turistas un espectáculo natural pocas veces visto: troncos, árboles, ramas, hojas, astillas y hasta semillas de especies que se elevaban más de 100 metros ahora convertidos en piedra. Pasaron 65 millones de años de una patagonia de bosque verde, húmedo y pantanoso.
Damián Guerreiro nació en La Plata, es licenciado en Gestión Ambiental por la Universidad Nacional San Juan Bosco y trabaja en el área natural protegida del bosque petrificado en Sarmiento, Chubut, desde hace aproximadamente seis años.
Allí realiza la tarea diaria de atención al público, mantenimiento, control y fiscalización de las diferentes áreas como por ejemplo el sendero de uso diurno para los turistas. En diálogo con diario Hoy se refirió a la reserva de suelo arenoso y arcilloso, con cenizas volcánicas, cantos rodados y rocas basálticas.
“Nace como espacio de conservación en el año 1973, es un espacio de 1880 hectáreas que tiene la categoría de monumento natural provincial y de área natural protegida . Esta en particular es una acumulación de troncos que datan de hace 65 millones de años atrás. Haciendo un pequeño recuento podemos ver que es un bosque subtropical que se convirtió en piedra, uno de arrastre. Vino a este sector desde unos 20 kilómetros hacia el oeste a través de los deltas de los ríos que había en ese entonces, como así también a través del corredor bioceánico. Se estipula que en este lugar era una unión de los océanos tanto el Pacifico como el Atlántico”, precisó.
Sobre el sendero de 2000 metros con el que cuenta el bosque, afirmó que “el guardafauna trata de indicar un poquito y explicar lo que van a encontrar. A su vez el turista puede observar no solamente los troncos, sino que un marco histórico que lo da los colores y los plegamientos que tiene el sector”.
En esa línea, agregó que “te permite interpretar desde un valle lunar con ceniza volcánica, que hace referencia al cretácico superior, a la presencia de dinosaurios, hasta llegar a lo que es lo más nuevo, pasando por distintos colores que te permiten el paso de los años y el paso de la historia de la tierra”. En cuanto a las visitas y horarios, el área nacional protegida se encuentra abierta todo el año de 8 a 20. En la temporada invernal los horarios son más escuetos por la incidencia de luz.
“Atrae mucha gente del exterior y actualmente está creciendo en cuanto al turismo interno por el hecho de que no solamente uno ve el pasado, sino que también tenés la interacción con el presente. Flora y fauna nativa, desde lo que es el botón de oro, el molle que son plantas actuales, los troncos de piedra que hacen referencia al pasado; y fauna como el guanaco, el choique, el zorro gris y el zorro colorado, y a veces la presencia en cercanía del centro de interpretación y de los espacios de uso diurno de los zorrinos que son característicos en el sector de estepa patagónica”, completó el especialista.