crisis hídrica

Río Paraná: bajante histórica y preocupación ambiental

El dramático escenario continúa a niveles de récord y no se espera una mejora de cara a los próximos meses. Advierten por la falta de agua en algunas ciudades.

La situación del río Paraná es desesperante y las imágenes hablan por sí solas. El dramático escenario impacta en siete provincias argentinas donde preocupa la provisión de agua potable, la actividad pesquera y el movimiento fluvial de transporte.

La bajante extraordinaria viene “aproximadamente desde junio o julio de 2019 y ya lleva más de 773 días; la falta del caudal de agua está provocando varias dificultades en lo que es la habitabilidad de las especies ícticas”, le manifestó a diario Hoy Luis Martínez, técnico en Gestión Ambiental y referente de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.

“El río Paraná en estos momentos está en un momento crítico y no se le está dando la importancia que se le debería de dar. La superficie de agua es diez veces menor que la que tendría que tener normalmente”, añadió Martínez, que con tan solo 22 años se ha especializado como educador ambiental e integra la mesa del consejo de jóvenes ambientales de la ONU Ambiente para América Latina y el Caribe.

En el caso del puerto de la capital de Corrientes el día martes se registraba una altura de 0,29 metros, cifra que no se marcaba desde 1944.

“Muchos de los peces quedan estancados en ciertos lugares o a simple vista aprovechan para saquearlos y obviamente esto contribuye a la depreciación”, sostuvo Martínez. En ese sentido, se mostró preocupado ante la falta de respuestas de las provincias, que “no le están dando la importancia como se la debería dar. Incluso están habilitando pesca como es en el caso de Corrientes y Chaco”.

“También quiero resaltar que la fauna íctica lleva tres periodos consecutivos sin una buena recuperación. No hay control. Hoy se está saqueando sin medir cuáles son las consecuencias a futuro. No se está haciendo un manejo sostenible de este recurso tan importante que es para el río Paraná”, completó.

Los investigadores que desde hace años siguen esta problemática afirman que la consecuencia más grave es la provisión de agua y que pueden generarse dificultades en muchas ciudades.

El Sistema Nacional de Gestión Integral del Riesgo (Sinagir) recomendó a través de un comunicado ahorrar agua en el consumo diario y mantener constantes medidas de higiene.

“Son un montón de factores los que influyen. Hay que generar políticas públicas que alivien la situación”, marcó en diálogo con este multimedio Javier García de Souza, biólogo por la UNLP e investigador del Conicet, que apuntó a la deforestación y al uso intensivo del suelo como algunas de las principales causas.

Alerta

La sequía es generalizada y todas las labores agrícolas se ven afectadas. Además, debido a esto, se dan las condiciones para los incendios en extensas áreas de nuestro país.

Rafael Colombo, miembro de la Asociación Argentina de Abogados Ambientalistas, expresó en el día de ayer que la actual bajante del río Paraná “es un auténtico holocausto ambiental” y que es consecuencia de la acción humana asociada a la expansión del modelo agroindustrial, sumado a los efectos del cambio climático.

“Lo que está ocurriendo es el resultado directo de una serie compleja de intervenciones antrópicas asociadas a la expansión del extractivismo agroindustrial, ganadero, forestal, fluvial y minero”, agregó el profesional.

Para finalizar, Colombo precisó: “(Lo que ocurre) está ligado al modelo agroproductivo argentino de expansión de la frontera agropecuaria, el incremento de superficies de cultivo como la soja, el maíz o el trigo, que son al mismo tiempo parte de un modelo agroindustrial que trae muchísimos impactos sobre la tierra a partir del uso de millones de litros de insecticidas agrotóxicos”.

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