Señalan la importancia de tratar la tartamudez desde la niñez

Desde la comunidad remarcan que se debe acudir a profesionales en fonoaudiología especializados. La relevancia del rol docente en la primera etapa.

En nuestro país, hay miles de personas que tienen dificultad de fluidez en el habla, lo que se conoce comúnmente como tartamudez, aunque quienes lo atraviesan prefieren el término “disfluencia” para hacer referencia a la temática. Entonces, ¿qué pasa con estas personas en la vida cotidiana? ¿Se puede tratar?

“La disfluencia tiene que ver con la fluidez del habla; tartamudez es el término más conocido, pero tiene que ver con que también se evalúan situaciones como lo que enfrenta una persona a lo largo de su existencia al vivir con esta alteración.

Es muy importante la detección temprana, cuanto antes se detecte se puede realizar un tratamiento especializado y tratar de restablecer la fluidez, aunque hay casos en los que no ocurre y, tal vez, la tartamudez lo acompaña en toda su vida”, señaló a diario Hoy Janice Ninoná, desde la Asociación Argentina de Tartamudez.

En esta instancia, cuando la persona comienza a hablar, se puede detectar si presenta falta de fluidez al hablar y, en este sentido, ahí es cuando debe recurrirse a los profesionales. En tanto, la vida social sigue, y en el ámbito escolar puede enfrentar bullying por esta razón.

“En la escuela, y a medida que van creciendo, suelen enfrentar ciertas situaciones, muchas veces de burla, que les afectan, y ahí es donde las personas dejan de participar o, cuando son más grandes, eso define lo que van a elegir para estudiar o de qué trabajar; al tener miedo a hablar y a la sociedad, que no tiene la información adecuada, va afectando el desarrollo de la persona, cómo lo vive”, marcó la especialista.

En este punto, el rol de los docentes es fundamental para incentivar la participación en las clases y poder evitar que se generen situaciones de bullying con los demás chicos.
“Hacemos charlas para que los docentes sepan cómo trabajar en el aula y que puedan ayudar al niño que suele tener miedo a trabarse o que le hagan burla, y entonces participa menos en clase. Que el docente sepa acompañarlo, no exponerlo si no quiere, pero sí incentivarlo, que pueda hablar con los chicos para que entiendan y que se respeten en las diferencias”, enfatizó.

Además, apostó a terminar con los mitos, que solo provocan sufrimiento a quienes lo atraviesan. “Piensan que la tartamudez es contagiosa o que es producto de un trauma psicológico, que esa persona es poco inteligente. Por eso está bueno difundir sobre el tema, para que el resto de las personas sepan que puede haber una consecuencia psicológica para quienes tienen disfluencia al enfrentarse a situaciones poco agradables y tienen dificultades desde lo emocional”, remarcó Ninoná.

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