cultura

Serú Girán en La Plata

La gran pianista Julieta Iglesias traerá a nuestra ciudad la música de esa mítica banda del rock argentino en un tributo hecho con enorme talento y delicadez.

Julieta Iglesias vive en Londres, y ha conseguido hacer brillar su nombre en los escenarios europeos interpretando la música de dos de sus grandes pasiones musicales: Astor Piazzolla y Serú Girán. Precisamente, el próximo sábado traerá al escenario del teatro Metro de nuestra ciudad un tributo a esa banda legendaria integrada por Charly García, David Lebón, Pedro Aznar y Oscar Moro.

Decidió radicarse en Inglaterra hace poco más de cinco años. Había recibido el ofrecimiento de dar clases en una Academia de música londinense. Una vez establecida allí, la oferta de trabajo se disolvió en el aire. Julieta Iglesias no se arredró, ya había quemado las naves, salió a buscar lugares donde ejercer la docencia musical. Un pequeño detalle: no tenía piano. Solicitando autorización a aquellos lugares que contaban con piano de cola, ejercitaba la digitación y mantenía viva su gimnasia con los dedos. Carecía de plata para comprarse un instrumento, y era enormemente costoso y erizado de dificultades, trasladar su piano desde Argentina. Juntando pacientemente el dinero, se munió de toda la paciencia necesaria para sortear los escollos que la burocracia -sobre todo del lado argentino- le iba poniendo uno tras otro como una carrera de obstáculos. Finalmente, el piano y ella se anudaron en un reencuentro.

Los primeros pasos no fueron fáciles, hubo momentos de vacilación, momentáneas fantasías de regresar, pero armada de un temple acerado logró abrirse su propio camino. En un principio, daba clases, se juntaba con argentinos, con los que tomaba mate -la yerba se consigue con facilidad en Londres-, intercambiaba información, y dejaba aflorar restos de una nostalgia no apagada nunca del todo. Luego, fue sintiéndose cómoda en ese lugar que le permitía vivir de lo que ama.

Estar en una de las capitales mundiales del rock le permitió ­presenciar un recital de Paul McCartney, en el que participaron como invitados nada menos que con el beatle Ringo Starr y el Rolling Stone Ronnie Wood. Allí estuvo Julieta Iglesias en medio de un público del que también formaron parte Roger Daltrey, Emma Thompson y la hija de Paul, la diseñadora Stella McCartney. También en Londres vio recitales de argentinos como Fito Páez, Andrés Ciro Martínez, La Renga –que tuvo especial repercusión en ese país–, y fue telonera de Fabiana Cantilo.

Julieta Iglesias creció escuchando rock, se enamoró perdidamente de la música de los Beatles, se formó en la llamada música clásica, siguió la carrera musical de Charly García –aunque, por una cuestión generacional, llegando tardíamente a algunas de sus etapas–, comprobó que escuchar a Marta Argerich es una experiencia única que nadie debiera dejar de conocer alguna vez en la vida, y descubrió la falsedad esencial de esa polarización entre música popular nacida del corazón y música culta cerebral y elitista. La música es un solo territorio, infinito y diverso, que puede emocionar por igual y ensanchar la percepción del mundo de quien la escucha, no importando de qué género se trate. Por eso, puede abordar el repertorio de Serú Girán con la misma búsqueda tenaz, la misma alerta exigente y la misma minuciosa responsabilidad interpretativa con que se encara el repertorio de la música académica: “Como si Rachmáninov se sentara al piano a tocar Peperina y empezara a usar distintos recursos”.

Serú Girán es una de las bandas musicalmente más compactas del rock argentino. Su música para estar compuesta para una orquesta y, de hecho, en el primer disco participó Daniel Goldberg con una orquesta de veinticuatro músicos en temas como Eiti Leda o la canción que da nombre al grupo y a ese disco debut de 1987. Toda esa compleja estructura musical es llevada a un piano solo, por esta portentosa intérprete que en ningún momento pierde la frescura y la sonrisa de quien dialoga con la música en su instancia más alta. Charly García quedó fascinado cuando escuchó uno de los discos que Julieta Iglesias le dedicó a su música. La misma fascinación que seguramente sentirá el público platense cuando la escuche el sábado 16 de marzo en el escenario del teatro Metro.

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