Un argentino armó un cubo Rubik en menos de un segundo y se consagró campeón

Theo Goluboff es el primer sudamericano que arma un Pyraminx en menos de un segundo en el Open de Rubik.

Un joven se convirtió en el primer participante sudamericano en armar un Pyraminx en menos de un segundo (0,97) en el Open de Rubik. Se trata de Theo Goluboff y, tras esta nueva hazaña, el chico se transformó en el mejor cubero de Sudamérica por sumatoria de rankings, y es también el octavo del mundo.

Goluboff con apenas 17 años, es bicampeón nacional del cubo de Rubik y 1° de Sudamérica. En su perfil de Instagram se define como Speedcuber, se anuncia como bicampeón Nacional del cubo de Rubik, 11NRs - 4 SARes; 8° del mundo en Sum Of Ranks; 1° de Sudamérica y conquistó un total de 309 podios.

Hace unos días compartió una publicación en la que comentó sus sensaciones sobre este último logro: “Un torneo realmente inolvidable. Una experiencia hermosa, en la que pasé por todas las emociones”, señaló Theo.

“Mi pasión por los cubos es muy grande como para perderme semejante torneo”, enfatizó y contó que fue “un comienzo muy bueno, siendo el primer argentino con podio en todas las categorías”, relató sobre el detalle de la competencia de “200 personas”.

Además, el joven reveló que tuvieron “un solo mes para preparar. Se scrambleó, runneo, jueceó”. “Muy contento de llevarme ambos oros, ya que les puse mucha práctica estos meses. Honestamente, me cuesta creer que pude ganar todas las categorías que yo quería ganar”.

Actualmente, se encuentra en el top 5 de los mejores jugadores de Rubik del mundo, estando solo las potencias Estados Unidos y Polonia por encima de la Argentina. Antes de consagrarse campeón mundial, se hizo reconocido por haber participado del certamen Got Talent Argentina, donde asombró a todos con sus habilidades. En esa instancia, para comenzar con su arte, Theo le pidió al jurado que desarme los cubos que estaban perfectamente alineados por color, algo que es muy difícil de completar para muchos.

“Ay, lo rompí, perdón. Ahhh, no, no, no lo desarmé”, fue la expresión de Emir Abdul, que casi comete el sabotaje de la noche frente a la performance. “Yo no soy envidioso, amo que la gente progrese, pero hay que hacer las cosas bien. Porque yo sé que él es bueno”, añadió el coreógrafo. Tras su brillante performance, el jurado le dio el pase a la segunda ronda del ciclo que premia el talento.

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