China acusó a EE. UU. de dejar “un terrible caos de disturbios, división y familias rotas”

“La fuerza y el papel de Estados Unidos es la destrucción, no la construcción”, dijo una vocera de la cancillería china, que manifestó el interés del gigante asiático de construir relaciones “amistosas y cooperativas” con Afganistán.

China acusó a Washington de “dejar un terrible caos” en Afganistán después de que los talibanes tomaron el control del país, lo que provocó la evacuación caótica de personal y aliados estadounidenses.

Pekín señaló su disposición de cooperar con los talibanes después de la retirada de Estados Unidos, que desde mayo estimuló un rápido avance de los islamistas de línea radical en todo el país, mientras la población afgana presenció finalmente cómo se apoderaron el domingo de la capital, Kabul.

Ante las críticas por la desorganizada retirada de las tropas estadounidenses después de 20 años de intervención militar, el presidente de EE. UU; Joe Biden, defendió la retirada y culpó a las fuerzas afganas, de quienes dijo que “no estaban dispuestas a luchar por sí mismas”.

La vocera del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, dijo que Washington había dejado “un terrible caos de disturbios, división y familias rotas” en Afganistán.

“La fuerza y el papel de Estados Unidos es la destrucción, no la construcción”, dijo Hua en conferencia de prensa, informó la agencia de noticias AFP.

China comparte una frontera accidentada de 76 kilómetros con Afganistán.

Pekín temió durante mucho tiempo que su vecino pueda convertirse en un punto de parada para los separatistas minoritarios uigures en la sensible región fronteriza de Sinkiang.

Pero una delegación talibana de alto nivel se reunió con Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China, en Tianjin el mes pasado, y prometió que Afganistán no sería utilizado como base para militares.

A cambio, China ofreció apoyo económico e inversión para la reconstrucción de Afganistán.

Hua dijo el lunes que China estaba lista para continuar las relaciones “amistosas y cooperativas” con Afganistán, ahora bajo control de los talibanes, e instó al nuevo régimen afgano a “hacer una ruptura limpia con las fuerzas internacionales” y “evitar que Afganistán se convierta nuevamente en un lugar de reunión para terroristas y extremistas”.

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