Con una histórica reelección como líder del Partido Comunista, Xi Jinping aumenta su poder en China

Sin precedentes, será designado presidente de la Republica Popular por tercera vez.

En medio de grandes desafíos económicos y crecientes tensiones con Estados Unidos, el nombramiento de Xi Jinping, en el poder desde el año 2012, rompe con una tradición según la cual sus predecesores dejaban el cargo pasados los 10 años.

Se espera que el líder de 69 años sea designado ahora presidente de China por tercera vez, algo también sin precedentes, el próximo marzo durante la reunión de la Asamblea Nacional Popular (el Parlamento chino).

“Quiero agradecer sinceramente a todo el partido por la confianza que ha depositado en nosotros”, dijo Xi a los periodistas tras el anuncio del resultado de la votación en el Congreso del Partido Comunista, que se realizó a puertas cerradas. El mandatario expresó: “Me comprometo a trabajar con diligencia en el cumplimiento de nuestros deberes y probar la valía de la gran confianza en nuestro partido y nuestro pueblo”.

De número dos del Comité Permanente fue elegido Li Qiang, el secretario del partido de Shanghái; queda así a las puertas de convertirse en primer ministro, que es el cargo hacia el que se dirige la economía.

Zhao Leji, que ya era miembro del comité Permanente, fue ascendido a la tercera posición de mando, probablemente para encabezar la Asamblea Nacional Popular. Ambos puestos, el de premier y presidente del Parlamento, se asignarán formalmente durante la Asamblea Nacional Popular de marzo.

“Xi ha instalado a sus aliados en los siete escaños del máximo órgano de decisión del Partido Comunista, lo que le permitirá dominar el sistema político en el futuro previsible”, expresó Neil Thomas, experto en China del Eurasia Group.

La renovación de la cúpula del gobernante partido comunista llegó al cierre de un congreso de la agrupación que se celebra solo dos veces por década y que eligió a los 300 miembros del Comité Central de entre 3.200 delegados.

Desde su ascenso al poder hace una década, Xi ha acumulado poder como ningún otro gobernante chino con excepción de Mao. En 2018 eliminó el límite de dos períodos presidenciales, lo que le abrió el camino para gobernar indefinidamente.

El mandatario, a su vez, encabezó el ascenso de China como la segunda mayor economía mundial, impulsó una gran expansión militar y una postura internacional agresiva, que generó fuerte oposición de Estados Unidos.

Tras décadas de crecimiento desenfrenado, el país afronta ahora una grave ralentización, acentuada por una inflexible política de “cero Covid-19”, que genera muchos confinamientos y disminuye la productividad.

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