Crisis en Perú: piden que el presidente Castillo deje su partido

Perú Libre, su propia agrupación, lo acusó de haber quebrantado la unidad partidaria y de aplicar una política neoliberal, no de izquierda como prometió en campaña

En el marco de una profunda crisis, el partido oficialista Perú Libre le pidió al presidente Pedro Castillo que renuncie a su afiliación. El colectivo marxista leninista, dividido en cuatro grupos tras apenas once meses de gobierno, lo acusa de haber quebrantado la unidad partidaria y de aplicar una política neoliberal y no de izquierda, como prometió en campaña. “El Consejo Ejecutivo Nacional, la bancada Perú Libre y la Comisión Política del partido Perú Libre (...) le extienden la invitación a su renuncia irrevocable, considerando su actual investidura de presidente constitucional de la República”, dijeron desde la agrupación.

A través de un comunicado publicado por Vladimir Cerrón, su fundador, secretario general y máximo líder, PL también acusó a Castillo de fomentar divisiones en la organización. “Nuestro partido seguirá luchando por la conquista de sus legítimas aspiraciones, las que indudablemente son innegociables e inclaudicables para lograr un país democrático, descentralista, inclusivo, internacionalista, humanista e íntegramente soberano”, dice el mensaje.

Castillo, cuyo ingreso a PL se dio en el marco de la campaña electoral, se abstuvo de comentar el pedido, que puede debilitar aún más su posición en un marco en que fuerzas opositoras trabajan constantemente con el objetivo explícito de destituirlo o forzar su renuncia. Las dudas ahora se centran en si los 16 congresistas que permanecen en PL (de 37 que fueron originalmente) se sumarán a las acciones de vacancia (destitución), pues si lo hacen, el mandatario quedará sin la protección numérica de la que ha gozado hasta ahora. Para la destitución se necesitan los votos de 87 de los 130 congresistas. Hasta ahora, con un bloque oficialista de 37 miembros –al margen de las divisiones– y de 5 aliados, a la oposición, liderada por partidos de derecha “dura”, le había resultado imposible llegar a esa cifra.

Fundado en 2008 por Cerrón en el departamento andino de Junín, Perú Libre nació como una fuerza de alcance solo regional. Por esa razón, su llegada al poder fue una sorpresa después de una arremetida de Castillo en la primera vuelta, que le permitió convertirse durante el balotaje en el dique de contención para la resistida candidata de la derecha, Keiko Fujimori. No obstante, en cuanto se instaló el nuevo gobierno, empezaron las tensiones entre un partido que mantenía la fidelidad a Cerrón y un mandatario que aparentemente buscaba sus propios márgenes de acción sin la batuta de una dirigencia partidista, criticada por los adversarios por su supuesta tendencia al radicalismo, el autoritarismo y la corrupción.

Cerrón es un médico de 51 años formado profesional e ideológicamente en Cuba. Aspiró inicialmente a ser el candidato presidencial de PL a pesar de su baja popularidad nacional en las encuestas, pero no pudo, por haber sido condenado por hechos de corrupción cometidos durante su paso como gobernador de Junín (2011-2014). Frente a esta circunstancia, buscó un candidato con fama de radical que representara a la organización y lo encontró en Castillo, un maestro rural que cuatro años antes había acaparado titulares como líder de una huelga magisterial que marcó hitos por su dureza y su extensión de cuatro meses.

Tal como quedó registrado, esta no es la primera vez que la formación sufre diferencias internas. En enero de 2022, la Secretaría General decidió expulsar de sus filas a la vicepresidenta del país, Dina Boluarte, por indisciplina tras unas declaraciones en la que se desmarcaba del ideario del partido. Tres meses más tarde, Cerrón –una de las voces más críticas hacia Castillo– presentó una reforma constitucional para adelantar las elecciones presidenciales y parlamentarias a finales de marzo de 2023, iniciativa que causó diferencias entre sus distintos ­miembros.

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