Dalai Lama aseguró que tendrá un sucesor tras su muerte

A pocos días de cumplir 90 años, el líder tibetano confirmó que su institución continuará tras su muerte y rechazó cualquier interferencia de China en su sucesión.

A pocos días de cumplir 90 años, el líder tibetano reafirmó que su reencarnación será determinada exclusivamente por su oficina en el exilio en India, en medio de crecientes tensiones con el régimen chino.

El Dalai Lama aseguró este miércoles que la institución espiritual que encabeza desde hace más de ocho décadas no desaparecerá tras su muerte y que su sucesor será reconocido únicamente por el Gaden Phodrang Trust, su oficina en el exilio con sede en Dharamshala, India.

A través de un video difundido durante una conferencia interreligiosa en esa ciudad —donde reside desde 1959—, el líder tibetano remarcó que la decisión sobre su reencarnación se tomará siguiendo la tradición budista tibetana, sin injerencias externas.

El anuncio se produce en un contexto de incertidumbre sobre su sucesión, alimentada por su avanzada edad y la ausencia de un procedimiento formalmente establecido. Muchos tibetanos temen que el gobierno chino intente imponer un sucesor afín a sus intereses, con el objetivo de reforzar su control político y simbólico sobre el Tíbet.

En su mensaje, el Dalai Lama subrayó que sólo el Gaden Phodrang, fundado por él mismo, tiene la autoridad legítima para reconocer su futura reencarnación. La declaración refuerza la postura de la comunidad tibetana en el exilio, que desde hace años denuncia los intentos de Beijing por cooptar el linaje espiritual del budismo tibetano.

En años anteriores, el líder espiritual había dejado abierta la posibilidad de que no hubiera sucesor, o incluso que fuera una mujer. Sin embargo, también manifestó que si existía un fuerte deseo por parte de los tibetanos exiliados para que la institución continuara, entonces su reencarnación sería reconocida bajo los parámetros tradicionales por su oficina en India.

La respuesta de China no se hizo esperar. Un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores declaró que la reencarnación del Dalai Lama debe producirse dentro del territorio chino y estar sujeta a las leyes y regulaciones del país, así como a los "rituales religiosos y convenciones históricas" aprobadas por el gobierno central.

Las tensiones en torno al futuro del Dalai Lama reflejan el trasfondo político que atraviesa la cuestión religiosa en la región, con el Tíbet aún bajo férreo control chino y una diáspora tibetana que resiste desde el exilio cualquier intento de manipulación de su fe.

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