Ecuador continúa con una veintena de incendios forestales activos

Una de la zona más afectada es Quilanga, en la provincia andina de Loja, situada en el sur del país andino y fronteriza con Perú, país que se solidarizó y envío aeronaves para combatir las llamas.

Un total de 21 incendios forestales se encuentran activos en Ecuador y solamente dos de ellos están bajo control, según informó en las últimas horas la Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SGR).

Los siniestros tienen lugar en nueve provincias del país: Pichincha, Cotopaxi, El Oro, Azuay, Carchi, Imbabura, Chimborazo, Guayas y Loja.

El mayor de todos es en el cantón Quilanga, en la provincia sureña de Loja, que ya consumió más de 4.600 hectáreas, dejó personas heridas y daños a la vegetación, viviendas y bienes privados.

“Condiciones atmosféricas favorecen la presencia y propagación de Incendios Forestales en la cuenca Amazónica”, precisó en las últimas horas de ayer la SGR.

De acuerdo al organismo, más de 20.000 animales han muerto hasta el momento en los 1.994 incendios forestales ocurridos en 19 provincias de Ecuador desde inicio de este año, que han ocasionado la pérdida de más de 18.300 hectáreas de cobertura vegetal.

Las provincias más afectadas hasta el momento son Loja (8.178,36 hectáreas), Azuay (2.578,38), Carchi -fronteriza con Colombia- (1.896,16) y Pichincha —cuya capital es Quito— (1.891,18 hectáreas).

Apoyo de Perú

Equipos de las Fuerzas Aéreas de Ecuador y Perú realizaron trabajos en conjunto para combatir el incendio forestal localizado en la zona de Quilanga.

La Cancillería ecuatoriana informó que iniciaron la operación Sicofaa con la Fuerza Aérea Peruana y Ecuatoriana y en dos fases, donde se descargaron 10.000 galones de agua en el punto por un avión C27J.

En esta difícil situación, “salimos juntos a través de la cooperación y gracias a las buenas relaciones creadas entre nuestros países”, resaltó la Cancillería ecuatoriana en su mensaje.

Asimismo, sostuvieron que el apoyo de Perú será fundamental para mitigar los daños y controlar el avance del incendio que consumió miles de hectáreas de bosques y vegetación, “representando una amenaza significativa para la biodiversidad, la economía local y la seguridad” ciudadana.

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