El FBI frustró el secuestro de la gobernadora de Michigan

Los federales detuvieron a 13 hombres que planeaban raptar a la mandataria del Estado de los grandes lagos antes de las elecciones de noviembre.

El FBI frustró un complot para secuestrar y derrocar a la gobernadora demócrata de Michigan, Gretchen Whitmer, un plan que era visto por sus organizadores como el preludio de un movimiento civil mayor.

Seis de los trece hombres detenidos planeaban celebrar un “juicio por traición” contra Whitmer, quien se ha convertido en un objetivo de los escépticos del coronavirus después de promulgar estrictas medidas de mitigación de la pandemia que fueron anuladas por un juez la semana pasada.

“El odio, la intolerancia y la violencia no tienen cabida” en Michigan, dijo Whitmer en una conferencia de prensa, que vinculó el complot en su contra con la retórica del presidente Donald Trump, sobre quien indicó que ha pasado los últimos meses “avivando la desconfianza, fomentando la ira y dando consuelo a quienes propagan el miedo, el odio y la división”.

El FBI explicó que estuvieron al tanto de los planes luego de que una fuente encubierta asistiera a una reunión donde los “Vigilantes de Wolverine” discutían el derrocamiento de gobiernos estatales “que creían que estaban violando la Constitución de Estados Unidos”.

“Varios miembros hablaron sobre asesinar tiranos o tomar a un gobernador en funciones y con 200 hombres asaltar el edificio del Capitolio local y tomar rehenes, incluida la gobernadora”, antes de las elecciones presidenciales de noviembre, aseguraron.

Si eso fallaba, planeaban atacar a la mandataria en su casa, por lo que “coordinaron la vigilancia de la residencia de vacaciones de los gobernadores” y planearon ataques con cócteles molotov contra agentes de policía, compraron una pistola eléctrica y juntaron fondos para adquirir explosivos y equipo táctico.

Los sospechosos son seis hombres, cinco de Michigan y uno de Delaware, que serán acusados en un tribunal federal por planear el secuestro, y los otros siete enfrentan cargos de terrorismo y delitos relacionados con pandillas en un tribunal estatal, en relación con el presunto complot de privación de libertad.

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