Irak intenta retomar un estado de normalidad

Luego de los disturbios que causaron 35 muertes tras la renuncia del clérigo chií Muqtada Al-Sadr, el presidente Barham Saleh llamó a adelantar las elecciones legislativas

La crisis política en Irak estalló a inicios de esta semana. Con dos jornadas cargadas de violencia, que dejaron un saldo fatal de 35 fallecidos y cientos de heridos, el país parece haber recuperado cierta tranquilidad social tras el anuncio del presidente, Barham Saleh, de buscar adelantar las elecciones legislativas. Esta iniciativa de anticipar los comicios fue propuesta por el clérigo chií Muqtada Al-Sadr, quien anunció el pasado lunes una sorpresiva renuncia a la política, lo que terminó desembocando en los disturbios ya conocidos y la toma por parte de los seguidores de Al-Sadr del Palacio Presidencial y de Gobierno.

Los funcionarios de Seguridad confirmaron en las últimas horas que los enfrentamientos se produjeron entre combatientes de las Brigadas de Paz de Al-Sadr y los miembros de las fuerzas de seguridad de Irak, encargados de proteger la Zona Verde, lugar donde se encuentra ubicada la mayoría de los edificios gubernamentales y delegaciones diplomáticas. Tras este episodio, el clérigo exigió que se alejaran de la zona en un tiempo máximo de una hora, pidiéndoles perdón a los ciudadanos. Además, procedió a dar inicio a una huelga de hambre hasta que cese la violencia, según confesó uno de sus portavoces. “Su eminencia decretó una huelga de hambre hasta que cese la violencia y el uso de las armas porque echar a los corruptos no da a nadie, sea quien sea, una justificación para el uso de la violencia”, remarcó uno de los líderes sadristas, Hasan Al-Azari.

“Pido disculpas al pueblo iraquí, el único afectado por los acontecimientos. Es una vergüenza para esta revolución. Independientemente de quién haya sido el iniciador, esta revolución, mientras esté empañada por la violencia, no es una revolución”, había comentado el propio Al-Sadr. Luego del discurso, los partidarios comenzaron a despejar la Zona Verde. Si bien el clérigo ya había renunciado a la política en otras ocasiones previas, la diferencia en esta oportunidad fue que también hizo dimitir a todos sus parlamentarios. Cabe remarcar que esta crisis que vive hoy en día el país tuvo inicio en las últimas elecciones, llevadas a cabo en octubre del año pasado. En ese entonces, Al-Sadr consiguió 73 peldaños, lo que significó una nueva situación política, con muchas ­internas y varios poderes quebrados. Entre las principales conclusiones a las que ­llegaron los analistas locales tras estos resultados, sobre todo luego de este episodio, se encuentra la debilidad que está mostrando el actual gobierno.

Con intenciones de lograr una nueva paz, el presidente Barham Saleh anunció la posibilidad de adelantar los próximos comicios. “La celebración de elecciones anticipadas, en base al consenso nacional, representa una salida a esta grave crisis”, señaló el propio mandatario, quien cree que esta alternativa garantizaría la “estabilidad política y social”. “El escenario más probable es la celebración de elecciones anticipadas con cambios menores en la ley electoral, pero eso no cambiará los problemas fundamentales en Irak. Es una solución temporal para evitar más derramamiento de sangre”, detalló por su parte el exparlamentario kurdo Sarkawt Shams.

Una de las claves políticas para entender este contexto es la relación entre Irak e Irán. De hecho, sobre los acontecimientos ocurridos en las últimas jornadas, el Ministerio de Exteriores de Irán brindó un comunicado, donde indica: “Irán cree que la única solución para que Irak salga de la crisis es el diálogo, el mantenimiento de los derechos de los ciudadanos, el respeto a las instituciones legales, la Constitución y el proceso político. Esperamos que todos los grupos y facciones políticas participen en el proceso de formación de un nuevo gobierno”. Además, el texto sentencia: “La República Islámica de Irán busca un Irak estable, seguro y poderoso”.

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