¿Vuelve el conflicto armado a los Balcanes? Se reanudan viejas tensiones entre Serbia y Kosovo

Habían anunciado que se dejaría de aceptar documentación y patentes serbia, el ejército se hizo presente en las calles y las minorías serbias armaron barricadas.

Kosovo es una república que nació tras una guerra separatista que enfrentó a la región con Serbia, país del que formaba parte. Desde febrero de 1998 hasta junio de 1999 la guerra fue la protagonista de esta zona de los Balcanes. Ya en 2008, Kosovo declaró su independencia tras años bajo la dirección política de la Unión Europea y el apoyo incondicional de los Estados Unidos. Hoy en día solo 98 de los 193 miembros de la Naciones Unidas reconocen a Kosovo como un estado soberano. 

Para muchos, la guerra fue orquestada por EE.UU. para aumentar su influencia en esa parte de Europa y dañar el estado de Serbia, que históricamente siempre fue un aliado de Rusia.

El gobierno serbio es uno de los países que no reconoce al estado de Kosovo, con quien comparte frontera en el sur. Ayer las alarmas sonaron, ya que el gobierno kosovar anunció que ya no aceptaría documentos serbios como identificación entre su población, que en su mayoría son de etnia albanesa pero en el norte del país se concentra la minoría serbia. Tampoco permitiría que circulen vehículos con patentes serbias.

Sonaron alarmas antiaéreas y una gran cantidad de policías y soldados se movilizaron de distintos puntos de Kosovo en dirección al norte.

El presidente de Serbia, Aleksandar Vucic, se preocupó por la situación y dijo: "No creo que hayamos estado nunca en una situación más difícil y complicada que la de hoy. ¿Por qué he dicho eso? El régimen de Pristina (capital de Kosovo) intenta, presentándose como víctima, explotar los ánimos del mundo”.

Las fuerzas armadas de Kosovo cerraron los accesos a la región norte de su territorio donde viven la mayoría de los serbios. Los civiles oriundos de Serbia realizaron protestas y armaron barricadas en las calles ante un posible avance del ejército. El Primer Ministro kosovar, Albin Kurti, afirmó por televisión que hubo enfrentamientos entre las fuerzas armadas y grupos terroristas financiados por Serbia, a quienes acusa de querer escalar la intensidad de la situación. 

Por suerte, la intervención de la comunidad internacional, mayoritariamente la Unión Europea, la OTAN y Estados Unidos, lograron calmar las aguas y evitar cualquier desastre. La ley que prohibiría el uso de pasaportes y patentes serbias en Kosovo será postergada, revisada y anunciada con tiempo para evitar mayores complicaciones a la población serbia en su territorio. 

Desde Rusia afirman que todo fue orquestado por EE.UU. para desestabilizar la región de los Balcanes en el marco del nuevo panorama mundial. También declararon que la UE impone su peso en la zona, con promesas desiguales de aceptación al bloque del euro. 

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