La salud pública en coma
Cinco hospitales íconos de la Provincia, en ruinas
La Salud pública bonaerense sigue en coma. Los nosocomios se caen a pedazos y la decadencia sanitaria se acrecienta. Un problema estructural que avanza a paso firme y que muestra un estado de situación en franco declive
La falta de inversión que el Estado ha venido realizando en las últimas décadas ha sumergido a la Salud en una crisis terminal, y hoy se hace patente en territorio bonaerense con un pobrísimo estado edilicio, instalaciones que se vienen abajo, y una desidia oficial que zambulle al sistema en una profunda agonía.
A tres semanas de haberse caído un techo en el sector de Oncología en el Hospital de Niños Sor María Ludovica, el diario Hoy pudo certificar a través de un recorrido por los principales centros hospitalarios de la región, cómo los nosocomios se encuentran sumergidos en la dejadez y en una cruel situación edilicia.
No solo el establecimiento sanitario por excelencia para la atención de los más chicos está en crisis, sino que idéntico panorama se vive en el Policlínico San Martín, el San Juan de Dios, el Ricardo Gutiérrez y el Hospital Rossi, con una infraestructura en ruinas y una atención que dista de estar entre las mejores.
Áreas enteras que no pueden ser utilizadas por falta de mantenimiento, obras paralizadas, pacientes que hacen largas colas para lograr un turno, escasez de insumos por el no pago a los proveedores, enorme cantidad de basura con focos infecciosos a metros de donde se encuentran internados pacientes, son algunas de las imágenes que pudimos corroborar en los nosocomios públicos.
Puertas cerradas
La demanda de la población es altísima, recurriendo a los hospitales públicos porque no les queda otra y no puede abonar una clínica privada, y el Estado lo que hace es no brindarle a la sociedad las condiciones necesarias para atenderse adecuadamente.
Un panorama habitual de los nosocomios públicos en la provincia, es encontrarse con guardias cerradas, falta de personal, cientos de personas esperando largas horas para atenderse en sus pasillos, mostrando una situación en donde en lugar de encontrar una respuesta, solo se encuentran puertas cerradas.
En el pantallazo que Hoy hizo por los cinco hospitales de la región, pudo constatar a través de testimonios y material fotográfico, cómo a pesar de las buenas intenciones que ha tenido el gobierno de María Eugenia Vidal, las mismas no se han demostrado con hechos, siendo paupérrimo el estado de las instalaciones hospitalarias.
Paredes llenas de humedad, huecos en los techos, instalaciones eléctricas al aire libre y al alcance de los chicos, materia fecal de animales dentro de los nosocomios, vidrios rotos, elementos abandonados en los pasillos, baños rotos, agua escurriéndose por los pasillos, entre otras cosas, dan marco de una realidad que ejemplifica el deterioro de la salud pública.
Déficit agobiante
Si bien la crisis no es responsabilidad del gobierno de Vidal, sino que forma parte de la herencia sciolista, resulta llamativo que a 90 días de asumido el gobierno, no se haya hecho ninguna denuncia con los nombres de los responsables que llevaron al sistema de salud a este estado de situación, así como que tampoco se haya presentado un plan estratégico en materia sanitaria.
Hospitales emblemas para la provincia y el país, como el Sor María Ludovica o el San Martín, muestran hoy un estado de apatía y abandono muy grande. La excelencia de los profesionales que allí trabajan, poco pueden hacer ante la inacción de las autoridades. El déficit que vive la provincia, ha llevado a que los 78 hospitales que de ella dependen, así como los 250 establecimientos municipales, y los 1500 centros de salud, estén a la deriva, dependiendo de la ayuda solidaria de la comunidad para su subsistencia, ya que de otra manera no podrían cumplir con las funciones básicas de un centro de salud.
El desfinanciamiento que sufre la salud es muy grande, llevando a cientos de miles de ciudadanos que se atienden diariamente en los nosocomios públicos a una situación agobiante, que hace más evidente la crisis que vive el sector de la salud y que como siempre, perjudica a los que menos tienen.
En la cuerda floja
Según pudo conocer Hoy, la ministra de Salud de la provincia, Zulma Ortíz, tendría los días contados al frente de la cartera sanitaria, debido al fuerte disconformismo que reina en el Ejecutivo bonaerense por los pasos que ha seguido en su gestión.
Las fuertes internas de Cambiemos han hecho mella en el ministerio de Salud, y tienen a Ortíz como una de las personas que más críticas recibe por parte del radicalismo y del PRO.
Una de las personas que suena para reemplazarla, es Ismael Passaglia, actual intendente de San Nicolás y exministro del área en el gobierno de Felipe Solá, de reciente acercamiento con las filas amarillas tras romper con el Frente para la Victoria.