Comer, viajar y disfrutar: el boom del consumo reactiva la economía

Pese a los vaivenes financieros y los números de la inflación que asustan a más de uno, los datos alentadores vienen de la mano del ocio, ya que, contrariamente a lo que muchos creerían, la gente decide dejar a un lado las complicaciones y busca disfrutar a través de la gastronomía y el turismo.

El consumo gastronómico implica contextos, situaciones y lugares, así como interacciones que vuelven significativa esta práctica.

En las ciudades, los alimentos tienen un rol destacado en la tematización, organización y presentación de espacios distintivos de consumo. Se trata de un proceso que ha sido denominado como “gourmetización” de los espacios urbanos, atendiendo a las estrategias por las cuales a través de procesos de estetización la comida se vuelve un producto exclusivo.

Locales gastronómicos, mercados, ferias y food trucks son intensamente frecuentados por determinados consumidores. Además, varios espacios históricamente vinculados con estos usos y que han sido abandonados (como ferias y mercados) resurgen a partir de procesos de acondicionamiento en función de un interés renovado por utilizarlos como lugares de compra y consumo gastronómico.

Pero ¿cómo encaja esta forma de consumo en una Argentina que afronta un serio problema de inflación y de distribución del ingreso con afectación directa a sectores medios y bajos, y que a su vez muestra a la vez postales curiosas que parecen ir en una línea contraria a la pérdida del poder adquisitivo del salario y la marcha de los precios?

La referencia es para la consideración que los consumidores tienen sobre la posibilidad de comprar bienes durables y el fenómeno de los restaurantes llenos y reservas tomadas solo hasta ciertas horas.

Los datos del consumo gastronómico

En ese marco, la consultora Ecolatina elaboró un análisis de ambos contextos para concluir que, en el caso de los locales gastronómicos, la Capital Federal –polo más importante en volumen de todo el país– ya tiene ventas por encima del año 2015 y se recuperó fuerte de la pandemia. Mientras que con el dólar sin señales de freno, los durables parecen ser una opción aún potente de resguardo de valor para los sectores con ingresos registrados.

Según Santiago Manoukian, economista de Ecolatina, la gente “tiene una especie de consumo de revancha, que es un argumento de consumos postergados, pero además es el querer vivir cosas que estuvieron mucho tiempo suspendidas por la pandemia”.

La consultora calculó, tomando marzo del año 2015 como base 100, que la venta en restaurantes tradicionales de la ciudad de Buenos Aires ya está en un nivel superior al 161, el más alto en siete años. Fenómeno que puede verse replicado en otras ciudades importantes como La Plata o Rosario y que se da luego del derrumbe de la pandemia, que generó cierres y suspensiones, y también por encima de los números de toda la gestión de Mauricio Macri, que tenía base 140 o por debajo.

Ecolatina tomó datos de la Universidad Di Tella para concluir que, tomando como base 100 enero de 2020, es decir la prepandemia, hubo un crecimiento del 80% en la percepción de compra de durables. Esa cifra, que equivale a una base 180, es también el número más alto desde comienzos de 2018, período previo a las devaluaciones y crisis de deuda del macrismo.

Por su parte, según el Índice Prisma, el rubro viajes, turismo y aerolíneas creció un 48,58%, y restaurantes, un 35,26%; incidió el hecho de que hubo un regreso a una “casi normalidad”, con menos restricciones a las salidas.

La consultora, para realizar su estudio de mercado, utiliza como base la información con la que cuenta esa empresa a partir de los productos que administra –las terminales Lapos, la red Banelco y las transacciones a través de la plataforma Todo Pago–, junto con las estadísticas del Indec y del Banco Central.

En ese sentido, las compras con tarjeta de débito se mantienen por encima del 50% (52,86%) del volumen general de ese tipo de tarjetas, con el retiro de efectivo en comercios estable en un 3,54% y la extracción por cajeros cayendo a un 43,60%.

En cuanto a los planes Ahora, se registró un leve crecimiento interanual de los Ahora 3 y Ahora 6, que representaron un 19,72% y un 25,54% del total del consumo con ese programa, frente al 16,25% y el 17,59% de comienzos del año pasado. La participación del Ahora 12 y el Ahora 18 cayó en igual período de 47,41% a 43,35% en el primer caso, y de 18,74% a 9,98% en el segundo.

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