Cristina estuvo en la TV y no se calló nada

La vicepresidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, brindó anoche una larga entrevista televisiva en la que se refirió al panorama electoral, a la situación económica, a los errores del Gobierno, al atentado que sufrió el año pasado y hasta a la salud de su hija Florencia, en lo que marcó su retorno a un set de televisión, según ella misma apuntó, después de seis años.

En un mano a mano de casi una hora y media con el periodista Pablo Duggan, en el contexto del ciclo Duro de domar, la mandataria hizo hincapié en la necesidad de llegar a un acuerdo entre las distintas fuerzas políticas para resolver el tema económico, pero no se privó de referirse a los ataques que sufrió por parte de la Corte Suprema y un sector de la Justicia y también de ciertos medios de comunicación.

Entre esos ataques figura el segmento que las periodistas Viviana Canosa y Laura Di Marco le dedicaron a los problemas de salud de Florencia Kirchner, hija de la vice, de quien dijeron que sufre una “anorexia nerviosa galopante” por “falta de madre”, algo que cosechó amplios repudios.

En el momento más sorprendente de la entrevista, Cristina dijo que su hija “es una mujer extraordinaria que está enferma” y que necesita de ella. Por eso, explicó, la afectó el intento de asesinato que sufrió en septiembre, cuando Fernando Sabag Montiel gatilló cerca de su rostro, sin que la bala saliera.

“Me afectó un poco. Un poco no. Un poco mucho”, confesó la vicepresidenta. Pero también ubicó al atentado en contexto. “Fue precedido por mucha violencia mediática. Fueron años y años de tapas, de agresiones, de absoluta deshumanización”, señaló.

Duggan le preguntó si ella había tenido esperanzas en que avanzara la investigación del caso. “Al principio sí”, respondió, “pero se me pasó. Igual, era un ejercicio de ­voluntarismo. ¡Si estoy hablando del partido judicial!”.

En efecto, Cristina dijo que ya a fines de 2015, con la asunción de Mauricio Macri, “había habido atisbos de una judicialización de la política y de la gestión de gobierno”, y que a esta altura “la Corte (Suprema de Justicia) se ha convertido en una camarilla de tres personas”.

La vice, que reiteró que no será candidata en las próximas elecciones, explicó: “Estoy técnicamente en libertad condicional”. Se refería a la condena en su contra por la cual queda inhabilitada para ejercer cargos públicos, que, aunque no está firme, hace prever que el máximo tribunal pueda anular los comicios si se presenta.

“¿A alguien le queda alguna duda, después de lo que hicieron con las elecciones en Tucumán y San Juan?”, se preguntó la mandataria. “La semana anterior había habido elecciones en tres provincias, con resultados muy desfavorables para Juntos por el Cambio (JxC). Entonces activaron el dispositivo” contra el peronismo, agregó.

Respecto de las posibilidades que el Frente de Todos (FdT) pueda tener de ganar las elecciones para seguir gobernando a partir de 2024, dijo que eso depende de que la fuerza oficialista pueda “volver a enamorar” a la gente.

“¿De qué depende ganar? De que volvamos a enamorar a la sociedad. De que ­volvamos a convencerla de que hubo un tiempo en que los argentinos y las argentinas vivieron mejor. Es mentira esto de que todo fue una porquería. Hubo un momento en que teníamos los mejores salarios y las mejores jubilaciones de América Latina”, enfatizó la vicepresidenta.

Mientras Cristina conversaba con ­Duggan, fuera del estudio había una multitud que seguía sus palabras con devoción. “¡Presidenta, Cristina presidenta!”, cantaban muchos, a pesar de su negativa, reiterada una vez más en el plató. Un hombre levantaba una pancarta que rezaba: “Ella o nadie”. A la vice se la vio emocionada, pero firme en su posición.

Cristina será la principal oradora en el acto del 25 en la Plaza de Mayo, cuando se cumplan 20 años de la asunción de Néstor Kirchner como presidente. Duggan le preguntó qué iba a decir en la ocasión. “¿Y querés que te lo diga ahora?”, replicó ella rápidamente. “¡Vas a tener que ir a la Plaza!”.