Cumbre peronista en Moreno: unidad en la superficie, tensiones de fondo

Tras nueve meses de inactividad, el Consejo del Partido Justicialista bonaerense retomó su actividad con una cumbre política de alto voltaje. La cita, organizada por Máximo Kirchner, tuvo lugar en la reserva municipal Los Robles, en Moreno, y contó con la participación de los principales referentes de Unión por la Patria. Cristina Fernández de Kirchner, Sergio Massa y Axel Kicillof fueron las figuras centrales de un plenario donde la unidad fue la consigna, aunque las tensiones internas no tardaron en salir a la luz.

El evento, que comenzó al mediodía, se estructuró en dos ejes principales: un informe legislativo y un análisis de la coyuntura política. La confirmación de Kicillof a última hora despejó las dudas sobre su presencia, aunque su participación estuvo marcada por una agenda ajustada debido a actividades en San Martín. A pesar de su asistencia, las imágenes oficiales lo mostraron distante, mientras que Cristina y Massa evidenciaron mayor afinidad en los gestos y posiciones compartidas.

El clima del encuentro osciló entre momentos de camaradería y enfrentamientos explícitos. Uno de los episodios más tensos involucró al intendente camporista Iván Villagrán y los ministros provinciales Walter Correa y Andrés Larroque, quienes protagonizaron una acalorada discusión por operativos laborales en Carmen de Areco. Acusaciones cruzadas y palabras subidas de tono rompieron con la aparente armonía, en una escena presenciada por Cristina, Massa y Kicillof, que optaron por no intervenir.

Además de los conflictos internos, el contexto económico crítico fue otro punto de debate. Las restricciones presupuestarias y las diferencias sobre el formato de las próximas elecciones locales generaron discusiones que reflejaron las tensiones entre los distintos sectores del espacio político.

El cierre del plenario estuvo a cargo de las principales figuras del peronismo. Máximo Kirchner llamó a fortalecer la unidad para enfrentar los desafíos del 2025, mientras que Massa destacó la necesidad de una estrategia común. Cristina Kirchner reafirmó su liderazgo con un mensaje enfocado en la importancia de superar las diferencias internas, aunque sin dejar de marcar su centralidad en el espacio.

La cumbre dejó una imagen de cohesión hacia el exterior, clave para enfrentar la compleja coyuntura política. Sin embargo, las disputas internas evidenciaron que la unidad sigue siendo un desafío para el peronismo.