Dura caída en la recaudación que impacta de lleno en las provincias
El ministro de Economía bonaerense, Pablo López, reveló datos alarmantes sobre el desplome de los recursos a las provincias, mientras el Gobierno nacional concentra fondos y aumenta la presión tributaria.
En un contexto de ajuste y recesión, las provincias argentinas enfrentan un desfinanciamiento histórico. Según los datos difundidos por el ministro de Economía bonaerense, Pablo López, los recursos de origen nacional a las jurisdicciones provinciales se desplomaron en términos reales, profundizando la crisis fiscal.
Caída récord en la coparticipación
El promedio mensual de transferencias a las provincias bajo el actual Gobierno cayó un 13% respecto al período anterior: de $5,6 billones (junio 2022-noviembre 2023) a $4,9 billones (diciembre 2023-mayo 2025). Solo en mayo, la baja interanual alcanzó el -25%, un golpe devastador para las economías regionales.
Las transferencias obligatorias no coparticipables acumularon una pérdida del 72,6% en términos reales: de $10,68 billones en los 18 meses previos a la asunción de Javier Milei, a apenas $2,92 billones en igual lapso bajo su gestión. Esto significa $7,7 billones menos para obras, programas sociales y desarrollo local.
Mientras las provincias se asfixian, el Gobierno nacional retiene el 70% de la recaudación. En 2024, solo 3 de cada 10 pesos recaudados llegaron a las jurisdicciones, marcando una tendencia creciente de centralización. Buenos Aires, la provincia más poblada, recibió apenas el 23% de los fondos coparticipables.
Contrariamente al discurso oficial, la presión impositiva nacional subió del 22,8% al 23% del PBI en 2024, mientras las provincias la redujeron (del 5,1% al 4,8%). El dato refleja un sistema asfixiante para los contribuyentes, pero inequitativo en la distribución.
"El Gobierno traslada su fracaso a las provincias", denunció López. Con una recaudación coparticipable en caída (-9,3% en 2024) y sin inversión en infraestructura, el modelo actual ahoga a las regiones. “Sin producción ni empleo, no hay salida”, remarcó.
El escenario se complejiza aún más al analizar la recaudación tributaria nacional, que en 2024 registró una caída del 5,5% interanual, con los impuestos coparticipables desplomándose un 9,3%. Esta merma en la recaudación, lejos de traducirse en un alivio para los contribuyentes, se combinó con un aumento de la presión fiscal nacional y un feroz recorte de transferencias, configurando una tormenta perfecta: menos actividad económica, menos recursos para las provincias y más concentración de fondos en el gobierno central.
