El desafío de alcanzar la soberanía energética

Con un nuevo régimen de segmentación de tarifas, la discusión sobre el costo de la energía se volvió a poner en agenda. Es por eso que toman relevancia aquellas obras de infraestructura energética que permitirían ampliar el abastecimiento en todo el país, y una de ellas es la del gasoducto Néstor Kirchner.

El pasado 10 de agosto se firmaron los contratos para la realización de las obras civiles de la primera etapa de la obra que une la localidad neuquina de Tratayén con Salliqueló, en la provincia de Buenos Aires, lo cual implica que el gasoducto atraviese las provincias de Río Negro y La Pampa.

Más tarde, el 5 de septiembre, la empresa estatal Energía Argentina informó que “realizó el llamado a Licitación Pública GPNK 11/2022 para la elaboración de la ingeniería básica extendida de la segunda etapa” de la obra.

“Estamos orgullosos de seguir avanzando con este proyecto que marcará el rumbo de nuestro país en los próximos 25 años y lo coloca en el camino hacia la soberanía energética”, señaló en su momento Agustín Gerez, presidente de Energía Argentina.

Se informó que con la realización de la segunda etapa del gasoducto se podría ampliar en un 25% la capacidad del sistema nacional de transporte de gasoductos troncales, poniendo en valor las reservas de Vaca Muerta.

La importancia de la obra

Federico Martelli, consultor en Energía, explicó el motivo por el cual el gasoducto representa una obra que aporta a la soberanía energética. “Este año la Argentina va a gastar 15.000 millones de dólares en subsidiar la energía”, analizó y se refirió al nuevo sistema de segmentación, el cual propone una distribución de los subsidios basada en la capacidad económica de cada hogar.

Para ello, se establecieron tres grupos: segmento de ingresos altos; segmento de ingresos medios; y segmento de menores ingresos.

Esta nueva propuesta de segmentación tiene como objetivo asignar los subsidios a la energía según la capacidad económica de los hogares, manteniendo los subsidios en aquellos con ingresos bajos y medios que requieren de la asistencia estatal para pagar sus boletas de electricidad y gas.

El Estado cubría, en promedio, más del 70% del costo de la energía que llega a los hogares. En el esquema aplicado hasta junio de 2022, el subsidio alcanzaba incluso a los sectores de mayores ingresos que no necesitaban del acompañamiento del Estado.

En este marco, Martelli expresó que “se necesita una producción de energía más barata y aquí es donde el gasoducto toma vital importancia”.

Martelli detalló que “para producir energía en las centrales térmicas se quema gas, el cual importamos desde Catar en forma de gas licuado”, encontrándose “en precios récord por la guerra de Ucrania y Rusia”.

“Si nosotros terminamos de construir el gasoducto, vamos a quemar nuestro propio gas, el cual vale 10 veces menos que el que importamos. Producir electricidad va a implicar más ahorro”, explicó.

También declaró que “todo el arco político de la Argentina sabe que el gasoducto es muy importante, tanto el Frente de Todos como la oposición”.

La visión de Alberto Fernández

“Además de la pandemia se declaró una guerra que afectó los precios de los alimentos y los precios de las energías en todo el mundo”, dijo el Presidente Alberto Fernández en una entrevista televisiva.

“El gasoducto va a estar para mediados del año que viene llegando a Salliqueló”, detalló el primer mandatario.

Desde el Ejecutivo nacional aseguraron que “ampliar el sistema de gasoductos permitirá aumentar la producción, garantizando el abastecimiento interno, además de sustituir importaciones de GNL, gasoil y fueloil, fortalecer la seguridad energética y lograr mayores exportaciones”.

“Esto significa un importante ahorro de divisas, lo que contribuirá a una mayor estabilidad de la balanza de pagos que le permita a la Argentina tener una situación más robusta en el frente externo para poder crecer”, expresaron.