En foco: Pare, Presidenta, no siga lastimando al soberano

"No hay cosa que sea más peligrosa para el político que la intransigencia, porque la política es, en medio de todo, el arte de convivir”, Juan Domingo Perón (Conducción política).

Realmente fue penoso y tragicómico el espectáculo que ayer dio la presidenta Cristina Kirchner en la Casa Rosada, negando la realidad y mostrando un nivel de soberbia que ya supera todos los límites. 

También fue preocupante la actitud de los intendentes y del gobernador Daniel Scioli, que formaron parte del acto encabezado por la primera mandataria y avalaron cada uno de sus dichos, como cuando dijo que el hecho más importante del último jueves fue el 18º congreso del Partido Comunista en China. Esta declaración, sumada a las indirectas que utilizó a la hora de hablar del 8N, y al hecho de haberle dedicado gran parte de sus discursos a las rencillas políticas menores que tiene su gobierno con el macrismo por la basura en Capital Federal, son formas de lastimar al soberano. Y más cuando fueron millones los compatriotas que se movilizaron en todo el país para reclamarle urgentes cambios al Gobierno. 

La única respuesta que salió del poder político fue tratar a los manifestantes como personas “manipuladas” por los medios de comunicación, en una concepción cavernícola propia de gobiernos autoritarios.

Los jefes comunales constituyen el primer eslabón del Estado ante los vecinos. Ellos están en contacto con la realidad de cada uno de los barrios y localidades, por lo que están al tanto de los estragos que están generando flagelos como la inseguridad y la inflación en la clase media y los sectores populares.  Por eso, a esta altura del partido, resulta inadmisible que ellos también le estén dando la espalda a su pueblo, y concurran como mansos corderos a los actos de la primera mandataria para aplaudir cada una de sus declaraciones.

En la vida nada es gratuito. Los gobernantes que miran para otro lado, que se escudan en la obsecuencia para mantener privilegios políticos que nada tienen que ver con las necesidades de la ciudadanía, no la tendrán para nada fácil el próximo año, cuando la gente canalice su bronca en las urnas. Y esto también le vale para gran parte de la oposición, que, salvo algunas honrosas excepciones, tampoco parece estar a la altura de circunstancias.

A diferencia de Cristina, el presidente reelecto de Estados Unidos, Barack Obama, muestra cómo actúa un verdadero estadista: ayer convocó a la oposición, es decir aquellos con los que se enfrentó hace un par de días en una contienda electoral sin cuartel, para consensuar un plan de reactivación económica en su país. Así se construyen las verdaderas políticas de Estado, intentando encontrar consensos entre los que piensan distinto, reuniendo aportes de cada uno de los sectores y logrando hacer una síntesis para poder encarar los problemas del país. 

No hay que irse hasta la otra punta del continente americano para buscar buenos ejemplos. Nuestros países vecinos, como Uruguay, Brasil y hasta Bolivia, están siendo gobernados de forma mucho más seria. Y, por eso, cuando salen a buscar capitales que le permitan financiar sus proyectos de desarrollo, pagan tasas tres veces menores que las que le cobran a nuestro país. Y eso pese a que el Gobierno kirchnerista se ha apropiado de todos los dólares del mercado para pagar los vencimientos de la deuda externa. Seguir sin reconocer los problemas es un juego muy peligroso que nos puede llevar a que haya más violencia en las calles, más pobreza y más problemas económicos. 

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