Elecciones 2015 - Balotaje
La oposición reforzó el operativo de fiscalización por temor a irregularidades
Si bien, Mauricio Macri llega como favorito, nadie quiere confiarse en Cambiemos: por temor a irregularidades, reforzaron el operativo para garantizar que cada voto sea contado.
"No confiamos en el Correo, que está manejado por La Cámpora. Fueron reticentes a darnos información y demorar la difusión de datos en las últimas elecciones. Si La Cámpora pudiera, manipularía los datos de la elección", aseguró el apoderado del PRO, José Torello.
El Correo, la Dirección Nacional Electoral y la empresa Indra quedaron bajo la mira luego de que el 25 de octubre pasado tardaron más de cinco horas en dar los primeros datos. La explicación oficial fue que esperaban a que hubiese una tendencia clara para revelarlos. Pero, luego de que Infobae revelase los primeros resultados, el Gobierno decidió publicar los números oficiales. Lejos de ser una tendencia definitiva, esas cifras arrojaron que Cambiemos se imponía al Frente para la Victoria en todo la Argentina. Recién pasada la medianoche, cuando se cargaron las mesas de las localidades más lejanas del país, la tendencia se revirtió y Scioli terminó por imponerse a Macri por menos de tres puntos porcentuales.
En el macrismo están convencidos de que el gobierno nacional es capaz de alterar los resultados del escrutinio. "Tienen manera de ingresar al sistema para alterar los resultados de la elección" –sostuvo Torello– "Pueden hacerlo este domingo porque si pierden ahora se van definitivamente".
En la primera vuelta, Cambiemos movilizó más de cien mil voluntarios, militantes y dirigentes como parte del gigantesco operativo de escrutinio. Según aseguran en la fuerza, fue semejante esfuerzo lo que permitió que su candidato quedase a menos de tres puntos porcentuales del kirchnerismo.
Tras el ese segundo puesto que se sintió como victoria, más de 35.000 personas se comunicaron con el frente para sumarse como voluntarios. Como en la primera vuelta, la oposición no sólo tendrá fiscales en cada escuela, sino que también pondrá hombres y mujeres que vigilen la carga de datos en los centros de cómputos y sigan el traslado de los telegramas con los resultados.
"Vamos a poner a trabajar a 5.000 personas para tener identificado hasta cada telegrama que sale de cada escáner", aseguró Torello.