“Montenegro no gestiona y los concejales no saben ni dónde termina el distrito”

A unos veinte kilómetros de Mar del Plata, la localidad de Sierra de los Padres se ve opacada por la cabecera del distrito. Un grupo de vecinos cree que la solución es independizarse y crear un municipio aparte. Avatares de un pueblo que quiere que dejen de ignorarlo.

Cuando empezó el sueño del municipio propio, todo el país se estaba incendiando. Desde entonces ha corrido mucha agua bajo el puente, pero para los vecinos de Sierra de los Padres la buena noticia nunca llegó. El sueño de la independencia les es esquivo, tanto como al resto de las casi 60 localidades de la provincia de Buenos Aires que, como lo viene reflejando diario Hoy, aspiran a separarse de los distritos que integran para poder progresar.

Miriam Leo es una de las integrantes de la comisión que desde hace dos décadas pugna por la creación del municipio de Sierra de los Padres. En diálogo con este multimedio, dio rienda suelta a su frustración por la falta de apoyo a la iniciativa. “Durante la campaña le tiramos una línea a Montenegro, porque cuando era diputado estaba a favor de dividir La Matanza. Pero ahora que es intendente, no apoya la misma idea en su propio partido”, se quejó. “Y claro, con La Matanza los legisladores de Juntos por el Cambio estaban de acuerdo porque se trataba de dividir votos en un bastión peronista. Pero muchísimos intendentes sienten que si se dividen sus propios distritos, están ­perdiendo poder.”

En efecto, Guillermo Montenegro (Juntos por el Cambio) es el intendente del partido de General Pueyrredón, aunque, en una muestra de lo relegadas que están las localidades periféricas del distrito, generalmente se lo nombra como “el intendente de Mar del Plata”. La diferencia es clave: la ciudad balnearia es la más grande del partido y una de las más importantes de la Provincia, pero no es todo el municipio, ni por asomo.

“Cuando oís hablar de los kiwis de Mar del Plata, no son de Mar del Plata, son de Sierra de los Padres. En Mar del Plata no hay kiwis. Acá tenemos una producción frutihortícola muy importante”, explicó la activista.

Los motivos por los que Leo y otros vecinos de Sierra de los Padres (unos 10.000 habitantes según el último censo, cerca de 35.000 según las estimaciones de los autonomistas en base a datos sobre infraestructura y servicios) son parecidos a los de otras localidades del interior bonaerense: se sienten olvidados.

“El camión recolector pasa una o dos veces por semana. Las obras nunca las vemos. Un solo barrio tiene agua corriente. No hay una sola cloaca. Tuvimos que luchar a capa y espada para que un pequeño grupo de vecinos pueda tener gas natural. No logramos que el intendente Montenegro gestione y muchos concejales ni saben dónde termina el municipio”, dijo Leo a diario Hoy, para ilustrar la necesidad de contar con una administración propia. “La única manera de cambiar nuestra realidad es siendo municipio”, concluyó.

“La Feliz” y el pueblo descontento

Que al intendente de General Pueyrredón se lo mencione frecuentemente como “intendente de Mar del Plata” es una espina clavada en el corazón de los vecinos de Sierra de los Padres. La identificación de la cabecera, “La Feliz”, con todo el distrito tiene a maltraer a los vecinos, que ven en este error un freno a toda posibilidad de progreso local.

Un botón de muestra: cuando era gobernador, Daniel Scioli hizo instalar en Sierra de los Padres un enorme cartel que reza: “Mar del Plata. Buenos Aires, la Provincia”. De más está decir que el cartel no está, propiamente, en la ­ciudad balnearia, sino a unos veinte kilómetros.

“Nosotros tenemos mucha actividad turística, mucha actividad productiva y también mucha actividad comercial. Porque en la delegación hay 14 barrios, muchos de ellos ya con características de localidades, por el grado de urbanización. Hay un montón de centros comerciales. Pero la cabecera está a veinte ­kilómetros”, dijo Miriam Leo a este multimedio. “Se supone que el municipio tiene que ser algo cercano para la gente. En un lugar que tiene identidad propia, es muy frustrante que te ignoren”, cerró.

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