Murió la monja francesa que sobrevivió a la Dictadura

A casi 40 años del secuestro, desaparición y asesinato de las fundadoras de Madres de Plaza de Mayo, Azucena Villaflor y Esther Ballestrino de Careaga, y de las religiosas francesas Léonie Duquet y Alice Domon, en manos del represor Alfredo Astiz, una de las sobrevivientes de dicha masacre, la monja gala Yvonne Pierron, falleció ayer a los 89 años en un pequeño pueblo de la provincia de Misiones.

Pierron, que también había salido indemne de la Segunda Guerra Mundial, nació en marzo de 1928 en la localidad francesa de Alsacia, y desde muy joven dedicó su vida a las tareas pastorales. 

A la Argentina llegó en 1955 con la congregación de las Misiones Extranjeras, grupo con el que trabajó en misiones sociales durante más 20 años junto a Alice Domon y Léonie Duquet, ambas secuestradas y torturadas en 1977 por un grupo de tareas de la Marina encabezado por Astiz, siendo ambas arrojadas vivas al mar. 

Testigo de los hechos que marcaron una etapa en la historia más negra de la Argentina, Pierron fue enviada a Francia tras el secuestro de sus amigas por el temor existente a que ella pudiera seguir la misma suerte. Con la vuelta de la democracia en diciembre de 1983, la religiosa regresó al país y se afincó en la provincia de Misiones, donde se dedicó de lleno a la actividad pastoral.

Pierron fue miembro honorario de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos (APDH), testigo en la megacausa de la ESMA y defensora de los derechos de indígenas, pobladores originarios y campesinos guaraníes. Además, escribió el libro Misionera durante la Dictadura, en el que relató su experiencia bajo el terrorismo de Estado que dejó 30.000 detenidos desaparecidos.

Su vida quedó inmortalizada en la película Yvonne Guazú, estrenada en 2016 por la directora Marina Rubino. También se representó su lucha en la obra teatral Noches negras.

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