Nuevo golpe a la Salud: Fundación Huésped enfrenta su peor crisis

El ajuste del Gobierno impacta de lleno en ONG que sostienen derechos básicos.

Mientras el Estado se retira de su rol como garante del derecho a la salud, organizaciones como Fundación Huésped atraviesan una situación crítica. El aumento de consultas, la inflación y el parate de convenios internacionales complican la sostenibilidad de sus servicios, que llegan a más de 40 mil personas por año.

“Los costos se dispararon, el financiamiento externo rinde menos y la demanda creció. Nos sostienen solo las donaciones privadas”, explicó Leandro Cahn, director ejecutivo de la fundación, al confirmar que están en campaña para sumar aportantes individuales.

La crisis golpea especialmente a personas marginadas del sistema de salud. La falta de reactivos para detectar carga viral, la escasez de anticonceptivos y el desabastecimiento de medicamentos son parte del nuevo paisaje sanitario.

Geraldine Martínez, de la Red de Jóvenes y Adolescentes Positivos, advirtió: “El acceso a los tratamientos ya no está garantizado. No saber en qué estado está tu salud es no poder cuidarte”.

El vaciamiento del sistema de salud no se expresa solo en recortes, sino también en una lógica oficial que deja la atención en manos del mercado o la solidaridad. La reducción del presupuesto, la discontinuidad en la entrega de medicación y la ausencia de campañas de prevención son señales de una política que desatiende a las poblaciones más vulneradas.

Desde Fundación Huésped insisten en sostener sus servicios a pesar de todo, pero el panorama no deja dudas: el ajuste en salud no es solo una decisión presupuestaria, es una política de abandono que pone en riesgo vidas.

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