Cayó el segundo de De Vido in fraganti intentanto esconder una fortuna

Profanación corrupta

El exsecretario de Obras Públicas K y exsegundo de Julio De Vido, José López, fue capturado infraganti mientras intentaba esconder más de 8 millones de dólares en un monasterio. Deberá afrontar causas por lavado de dinero, enriquecimiento ilícito y portación ilegal de armas

Sólo un reproche no le cabe al kirchnerismo: el haber disparado la inventiva cinematográfica como nunca antes, el haber alimentado la mente de guionistas y directores con hechos que, aunque tristemente reales, rozan la ficción. Y ayer, de los crea­dores de la ruta del dinero K -por la que cayó el empresario patagónicoLázaro Báez, apenas la punta de un iceberg que finaliza en Cristina Kirchner y su clan- llegó otra increíble secuela que no hizo más que poner en evidencia, de un modo descarnado, lo peor de los últimos 12 años.

José Francisco López, exsecretario de Obras Públicas, segundo de Julio De Vido durante los tres gobiernos kirchneristas y actual diputado del Parlasur por el Frente Para la Victoria, fue detenido en la madrugada de ayer infraganti, mientras intentaba esconder bolsas con dinero
-estimado en 8,5 millones de dólares-, joyas y relojes en el monasterio Nuestra Señora de Fátima, habitado por dos monjas y ubicado en una zona de casas humildes de General Rodríguez.

Desesperado, quizá, por “santificar” esos fondos profanados de corrupción, adquiridos a costa de la pobreza de millones y con la complicidad de un poder que lo bañó de impunidad durante más de una década, el hombre lanzó su coartada, fiel al guión K: “Robé para ayudar a las monjas”, habría dicho una vez que, tras un llamado al 911, la Policía lo cercó en la puerta del monasterio. Así lo recordó la madre superiora de 94 años, que en la madrugada de ayer había tomado pastillas para dormir y fue sorprendida por López en pleno descanso: “Es un hombre muy bueno, pero estaba muy loco. Hoy vino, medio loco estaba”, dijo la mujer, que ahora se convierte en pieza clave en la investigación.

Pero antes de la conversación con las monjas, el exmano derecha de De Vido habría intentado sobornar a los efectivos policiales que lo descubrieron intentando ocultar sus “ahorros”, todos en moneda extranjera: dólares estadounidenses, euros, yenes japoneses y hasta riyales, de Qatar. En total: 160 bultos en fajos termosellados, lo que indica que la plata salió de una entidad bancaria, por lo que la Justicia tendrá que reconstruir esta nueva ruta de dinero K. Según trascendió, además, los billetes estaban mojados y se presume que antes habrían estado escondidos en un sótano húmedo o bajo tierra.

Pero en su última declaración jurada, López no adujo tenencia de dólares y se limitó a informar un patrimonio de casi $2.000.000.

El principio del fin

Primero, López fue detenido por portación de armas (en su poder, la Policía encontró también un fusil semiautomático), pero luego la carátula pasó a presunto lavado de dinero.

Pretendiendo enterrar millones espurios en un lugar sagrado, López enterró lo que le quedaba de impunidad y comenzó a sellar su final: desde anoche, está detenido en una dependencia de la Policía Bonaerense en Moreno y el juez federal Daniel Rafecas lo indagará mañana en una causa por presunto enriquecimiento ilícito, por pedido del fiscal Federico Delgado, que solicitó conectarla con el expediente por supuesta asociación ilícita abierto contra el expresidente Néstor Kirchner. López también es investigado por fraude, abuso de autoridad, por las causas Sueños Compartidos y Skanska, además de por presuntos sobreprecios en la obra pública.

Como en el operativo orquestado contra Báez, la espectacularidad volvió en el caso López. Pero esos efectos especiales son escenas de una mala película sino avanzan contra las altos funcionarios kirchneristas, sin quienes el robo no hubiera sido posible. Porque López, como Báez, es apenas un espejo en el que se reflejan las otras mil caras de la corrupción K, todavía en libertad.

Un hombre clave en los negociados K

“Josesito”. “Lopecito”. Y hasta “los pesitos”, para su detractores. José López fue secretario de Obras Públicas desde 2003 hasta el 10 de diciembre de 2015, y desde ese lugar se ganó el respeto de los beneficiados constructores de obra pública con los que el kirchnerismo celebró millonarios acuerdos.

Manejó todos los planes de viviendas del país; armó el sistema de
cooperativas constructoras que terminaron en Sueños Compartidos, el escándalo que salpicó a las Madres de Plaza de Mayo y que terminó con Pablo Schoklender detenido. De hecho, son memorables las peleas entre el exfuncionario y Schoklender, que lo acusó de recibir coimas y de “destruir” el plan habitacional, además de vincularlo con su “amigo”, el exvicepresidente, Amado Boudou.

También, López tuvo bajo su administración Vialidad Nacional, la poderosa caja que bendijo de millones el imperio de Lázaro Báez y Austral Construcciones, los que, a su vez, habrían retornado a la Casa Rosada y sus funcionarios.  Esa ruta profana del dinero es la que el eterno exsegundo de Julio De Vido habría querido purificar en el tranquilo convento de General Rodríguez.

“Una obscenidad de dinero”

En el marco de la detención del exsecretario de Obras Públicas del kirchnerismo, José López, el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, afirmó que se encontró con “una obscenidad de la cantidad de dinero, en un convento donde las monjas y los vecinos nos plantearon que iban de visita muchos ex funcionarios del gobierno anterior”, expresó el funcionario, acompañado por el ministro de Justicia, Gustavo Ferrari.

Ritondo, además, destacó la actuación de los policías que detuvieron a López, ya que tuvieron “ mucha integridad moral”, puesto que el ex funcionario quiso “sobornar, sin éxito”, a los agentes que lo arrestaron cuando intentaba esconder sus millones.

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