“Quiero que la historia me suelte”, dijo Victoria Donda
La titular del Inadi, nacida en cautiverio durante la dictadura, se refirió así al juicio que enfrenta su tío, el represor Adolfo Donda, que la entregó al militar que se la apropió. Espera que “termine rápido” y que el exmarino sea condenado.
"Lo que me gustaría decirle es que él va a vivir lo que le resta de vida sabiendo que su apellido es más conocido por su sobrina que defiende las banderas que él quiso enterrar que por él”.
Estas palabras fueron pronunciadas por la actual titular del Instituto Nacional contra la Discriminación (Inadi), María Victoria Donda, durante una entrevista que concedió en un momento muy particular: el día de la indagatoria a su tío, el exmarino Adolfo Donda Tigel. Este revistó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura cívico-militar y es juzgado por haberla entregado, cuando acababa de nacer, a otro militar, que se la apropió, borrando su identidad.
En efecto, Victoria nació en cautiverio, ya que sus padres, Laureano Donda y María Hilda “Cori” Pérez, permanecían detenidos ilegalmente en la ESMA, víctimas del terrorismo de Estado. Ambos siguen desaparecidos al día de hoy, y la pequeña fue entregada al represor Juan Antonio Azic. El entregador fue nada menos que su tío, el hermano de Laureano: el mismo que ahora es juzgado por ese hecho terrible.
“Que termine rápido. Que la historia me suelte”, dijo la actual funcionaria, que recuperó su identidad en 2004 (es una más en la lista de 130 nietos recuperados gracias al trabajo de las Abuelas de Plaza de Mayo), en una entrevista concedida al diario Página/12. “No porque piense que la historia me va a soltar alguna vez. Pero quiero cerrar esta parte. Siento que es una deuda con la memoria de mis padres que él sea juzgado por el delito de haber ocultado mi identidad. Y quiero que sea condenado. La justicia es la única forma que tiene el Estado de reparar”, dijo.
Victoria Donda consideró “raro” que su tío represor haya obtenido el beneficio de salidas transitorias justo antes de que se iniciara este juicio. La medida se tomó en el marco de otra causa, en la que está condenado a prisión perpetua por las violaciones a los derechos humanos cometidas en la ESMA, donde era jefe de operaciones.
“No creo mucho en las casualidades”, dijo. “Sé que son beneficios carcelarios que él y muchos otros que están encarcelados por delitos de lesa humanidad van a pedir, dado que hace muchos años que están detenidos”, agregó Donda. Sin embargo, consideró que “cuando los delitos son gravísimos, como los de lesa humanidad, y las personas gozan de salud como para seguir operando contra el sistema democrático, los jueces tienen que tomar eso en consideración”.