Plaza Moreno

Repudio a la domiciliaria para Etchecolatz

Centenares de platenses se concentraron para manifestarse contra la decisión de la Justicia. Víctimas directas del brutal accionar del represor dieron su testimonio ante la multitud y exigieron que se revierta la medida

Las afueras de la Municipalidad de La Plata fueron ayer el epicentro de una multitudinaria concentración para rechazar el beneficio otorgado por la Justicia al genocida Miguel Etchecolatz. El Tribunal Oral Federal nº 6, integrado por los jueces José Sobrino, Julio Panelo y Fernando Canero, le concedió al represor la prisión domiciliaria, lo que generó que se produjeran manifestaciones de repudio en distintos puntos del país y que en la ciudad se realizara un “broncazo” con centenares de personas exigiendo memoria, verdad y justicia.

La manifestación fue convocada por Rubén López, hijo de Jorge Julio López, Hijos, Abuelas, la Asociación de Familiares de Desaparecidos en Democracia y otros organismos que forman parte de la Mesa por los Derechos Humanos de La Plata. Además, participaron militantes políticos y autoconvocados. 

En el “broncazo” se destacó que los genocidas fueron juzgados gracias a la lucha de los organismos de Derechos Humanos durante más de 30 años y a la decisión política del anterior gobierno de anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. En este contexto, un grupo de víctimas del accionar de Etchecolatz dio su testimonio a la multitud. 

Además de López, se dirigieron a los presentes Walter Docters, exdetenido desaparecido y querellante en las causas contra el genocida, y Claudia Favero, hermana de Daniel Favero, detenido y desaparecido durante la última Dictadura Militar. “Mi hermano fue desaparecido por Etchecolatz. Cuando escuché la noticia lo primero que se me ocurrió fue pensar que se iba a su casa el asesino de mi hermano”, expresó.

“Tenía 20 años”

Asimismo, tomó la palabra María Reboredo, quien contó que su hermano, Alfredo Mauricio Reboredo, también fue detenido y permanece desaparecido por el accionar de Etchecolatz. “Fue en 1977, tenía 20 años. Estuvo en cautiverio en la Comisaría 5ta. La verdad es terrible y es muy difícil encontrar palabras, pero a nosotros como familiares no es algo que nos sorprenda”, por el marco de “detrimento de las políticas de Derechos Humanos”. 

Uno de los testimonios más conmovedores de la concentración fue el de Paula Salas Triana, miembro de la agrupación Hijos. “Mis padres desaparecieron en agosto del 76 y nosotros no tuvimos ningún indicio de dónde habían estado”, comenzó. “Gracias a las declaraciones en los juicios hace cuatro años, nos enteramos que mis viejos estuvieron en la Comisaría 5ta, porque unos testigos hablaron de ellos y supimos que, cuando se llevaron a mi mamá, yo tenía un mes y cuatro días. Ella estuvo en una celda con mastitis y las compañeras de encierro la ayudaron para que no sufriera tanto”, dijo, y agregó que así fue como supo que su madre durante el cautiverio “lo único que repetía era que había dejado una beba y un hijo de un año y días, mi hermano”. 

Luego, continuó: “Es un genocida, un asesino que robó niños, torturó y asesinó a muchísima gente. Además, es considerado el responsable de la desaparición de Jorge Julio López hace once años”. Los presentes reclamaron que Etchecolatz vuelva a la cárcel, así como juicio, castigo y cárcel común para todos los perpetradores del terrorismo de Estado durante la última Dictadura. 

Voces en el lugar

Rubén López, hijo de Jorge Julio López 

“Este año malvado nos ha dado la sorpresa de que Etchecolatz está en su casa, custodiado por su esposa. Es una prisión domiciliaria dictada por tres jueces que dicen que lo hicieron porque es viejito y está enfermito. Yo pregunto: ¿La cuestión humanitaria para la familia Favero, la familia Húngaro, para Walter 

Docters, para la familia López -y me estoy olvidando de cientos- no existe? Estamos acá porque tres jueces desde un expediente dictan que este genocida, asesino y con cinco condenas a cadena perpetua puede estar en su casa”.

Walter Docters, exdetenido desaparecido

“Terminamos un año muy pesado, con mucho aval hacia este tipo de genocidas y a lo que fue la represión acá en la Argentina. Así  tenemos el caso de Etchecolatz, los intentos de sacar el dos por uno y otras cosas. Ojalá se revierta esta medida, con el dos por uno fue la movilización popular la que hizo que revertieran esa decisión. El escrache en Mar del Plata y La Plata va a ser permanente, ojalá que eso haga que los camaristas vuelvan atrás esa medida, ya se presentó una apelación y vamos a seguir apelando”. 

Luis Lugones, presidente del PJ platense 

“Se ha agraviado a toda la sociedad, no solamente a un sector. Me parece que un genocida de las características de Etchecolatz sin lugar a duda es un em­blema de los años de represión, de manera que primero nos provoca dolor, después tristeza, luego angustia y posteriormente nos invita a reflexionar sobre qué está pa­sando en la Justicia Federal. Sin duda que debe volver a la cárcel, debe decir qué pasó con López y deben terminar todos los juicios a genocidas que están pendientes”.

 

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