Avance judicial en su contra el extitular de la AFIP

Ricardo Echegaray, contra las cuerdas en la AGN

Tras el avance judicial en su contra, el extitular de la AFIP ayer no logró quórum en el órgano encargado de controlar el tramo final de la gestión de Cristina Kirchner. Ante la posibilidad de resultar procesado, se hace inminente su remoción como auditor. En el PJ ya buscan reemplazante

Lo anticipamos ayer. La compleja situación del extitular de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP), Ricardo Echegaray, en el frente judicial hace inminente su remoción de la Auditoría General de la Nación (AGN), desde donde (paradoja mediante) debe investigar el tramo final del gobierno de Cristina Kirchner.

Es decir, este hombre -que fue citado a indagatoria por la llamada Ruta del dinero K (por la que permanece detenido Lázaro Báez), al que el juez Sebastían Casanello le prohibió la salida del país y sobre el que pesa otro pedido de citación por los millonarios beneficios fiscales que, siendo jefe de la AFIP, le otorgó a amigos del poder kirchnerista como Cristóbal López- hoy es el auditor de la misma administración desde la que persiguió a críticos y opositores, pero protegió a grandes evasores K, tal como denunció Hoy en reiteradas ediciones.

Para muchos, se da por descontado su procesamiento y por eso ayer se hizo evidente la ofensiva a su continuidad en la AGN. El Consejo de Auditores convocado por el propio Echegaray no pudo sesionar por falta de quórum, ante la ausencia de al menos cuatro de sus 7 integrantes: faltaron los auditores de la UCR, Alejandro Nieva y Jesús Rodríguez; el massista Gabriel Mihura Estrada, y el peronista Francisco Fernández.

Mientras Echegaray esté al frente del organismo, dicen, “el Consejo no volverá a funcionar”. “No lo apoya nadie”, aseguran en los pasillos de la AGN.

Ayer, Hoy reveló que, mientras Echegaray se acerca cada vez más a la puerta de salida del órgano de contralor, dentro del peronismo ya suenan los nombres de posibles reemplazantes en la AGN y uno de los más fuertes es el del expresidente de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez.

El sector más duro del PJ considera que Echegaray tiene las horas contadas en la Auditoría, por lo que busca variantes que le sean afines y que representen cabalmente los intereses del partido.

En cambio, el extitular de la AFIP llegó a su actual cargo gracias a la presión ejercida por Cristina, quien a pesar de los reproches que surgieron de todas las fuerzas políticas -incluido el propio peronismo- por las denuncias que pesaban sobre Echegaray, insistió con su nombre para poder perpetuar su impunidad.

En este sentido, una crítica acérrima a su designación fue la diputada de la Coalición Cívica-ARI, Elisa Carrió, quien, tras el avance judicial contra el funcionario, aseguró que “resulta insostenible” que continúe al frente de la Auditoría, al tiempo que cuestionó que el exrecaudador K “carece de la más mínima idoneidad moral” para ocupar su cargo.

“Ricardo Echegaray ha utilizado su cargo para cometer delitos o para encubrir y/o facilitar delitos cometidos por terceros”, sostuvo Carrió, y agregó que una persona “que acumula día a día procesos judiciales pendientes no puede seguir en la AGN”.

También, desde el gobierno nacional también admitieron que si es procesado van a impulsar su remoción.

La realidad cambió para uno de los hombres que más  impunidad le otorgó al kirchnerismo, pero que hoy ni siquiera puede asegurar la suya.

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