Se define el destino del país

Más de 35 millones de argentinos van a las urnas para elegir al próximo presidente en un histórico comicio que enfrentará al oficialista Sergio Massa y al liberal Javier Milei.

Casi 36 millones de personas están habilitadas en todo el país para ir hoy a las urnas en una segunda vuelta electoral, en la que se definirá quién será el próximo presidente de la Nación. Después de una campaña oficial que tuvo más de 148 días, los argentinos ingresarán al cuarto oscuro en el que solo habrá dos boletas: la de Sergio Massa-Agustín Rossi (Unión por la Patria, UP) y la de Javier Milei-Victoria Villarruel (La Libertad Avanza, LLA).

Las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto enfrentó a 22 fórmulas presidenciales, pero solo seis lograron romper el piso obligatorio del 1,5% que los habilitaba a competir en las generales del 22 de octubre. En la segunda vuelta, ninguno logró imponerse con más del 45% de los sufragios o el 40% y una diferencia de 10 puntos con el segundo postulante, por lo que los dos más votados definirán mano a mano la disputa por el sillón de Rivadavia en una contienda que los propios protagonistas definen como “histórica”.

Massa, el candidato de consenso

La discusión sobre quién sería el candidato oficialista para suceder al Presidente Alberto Fernández comenzó a acelerarse desde el momento cero en que el calendario comenzó a marcar 2023. Fueron meses de danza de nombres, deseos de la militancia, tejer y destejer, y –sobre todo– muchas ­suposiciones.

En medio de este escenario, los primeros hechos concretos en el entonces Frente de Todos llegaron recién en abril, cuando Alberto Fernández oficializó que no iba a ir por la reelección. En paralelo, el núcleo kirchnerista agitó el “operativo clamor” para que la vicepresidenta Cristina Kirchner sea candidata. Finalmente, el 17 de mayo la exmandataria publicó una carta en la que confirmó que no iría por un tercer mandato.

Las dos bajas abrieron paso a una contienda por la presidencia que involucró a múltiples protagonistas y que terminó de definirse el 24 de junio con una decisión que sorprendió a propios y extraños.

El primero en lanzar su precandidatura a presidente dentro del ya rebautizado Unión por la Patria fue el dirigente social Juan Grabois. Más tarde, el embajador argentino en Brasil, Daniel Scioli, confirmó que iba a competir en las primarias. La incógnita posaba sobre quién sería el candidato ungido por la vicepresidenta. Días antes de que cierre el plazo para anotar a las fórmulas, medios nacionales confirmaron extraoficialmente que el binomio elegido por el kirchnerismo era Eduardo “Wado” de Pedro-Juan Manzur.

Pero, cuando todo parecía estar cerrado y solo restaba la oficialización, se produjo un golpe de timón que sacudió a todos. Tras negociaciones a contrarreloj entre CFK, Fernández, Massa y los gobernadores peronistas, se terminó acordando una fórmula de consenso compuesta por el ministro de Economía y el jefe de Gabinete. Ante la decisión, Scioli declinó su candidatura en pos de la “unidad”, mientras que Grabois decidió mantenerse en camino a las Primarias.

El 13 de agosto, Massa se impuso en la interna con el 21,4% frente al 5,8% que cosechó Grabois, quien de inmediato felicitó al vencedor y se puso a disposición para el segundo tramo de la carrera electoral.

Tras culminar en tercer lugar, el peronismo reforzó la campaña hacia octubre desde la Provincia de Buenos Aires al resto del país que le permitió dar vuelta el resultado en la primera vuelta con el 36,7% de los votos, teñir gran parte del mapa de color azul y llegar al balotaje.

Milei y una campaña de tres años

Durante sus apariciones en la pantalla de la televisión argentina hablando sobre economía, Javier Milei comenzó a coquetear con la idea de iniciarse en la carrera política y en agosto del 2020 selló el gran salto al lanzar su candidatura a presidente tres años antes de los comicios.

Desconocido en el plano político, el hombre que desplegó su carrera en el sector privado decidió competir por una banca en la Cámara de Diputados de la Nación con su partido La Libertad Avanza. En los comicios de medio término logró ingresar al Congreso junto con quien hoy es su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.

Desde allí continuó su carrera a la presidencia forjando un personaje entre estudios de televisión que reunía características similares a la de los principales líderes de extrema derecha de América y Europa.

Con una porción del liberalismo que decidió aliarse con Juntos por el Cambio, Milei quedó como el máximo exponente del espacio y dio la gran sorpresa en las elecciones primarias del 13 de agosto al consolidarse como el candidato más votado: sacó el 30% de los votos.

Los resultados oficiales de las PASO decretaron que el candidato de LLA cosechó 7,3 millones de los 35,4 millones del padrón electoral argentino, mientras Juntos por el Cambio (JxC) recogió 6,8 millones y UP se llevó 6,6 millones.

El batacazo envalentonó al economista y su entorno que, en reiteradas oportunidades, se mostraron optimistas en sellar la victoria en primera vuelta sumando adhesiones del electorado de JxC. Finalmente, el piso fue el techo. Milei sacó el 30% de los votos que lo ubicó en segundo lugar y lo llevó al balotaje.

Apenas horas después de los comicios, el liberal selló una alianza con el expresidente Mauricio Macri y mutó su campaña con un discurso más moderado que recuperó algunos eslóganes propios de la coalición como el “sí se puede” o el “cambio” a fin de lograr las adhesiones de los votantes bullrichistas y de otros sectores del PRO.

Cuatro semanas después de la primera vuelta, los argentinos volverán a ir a las urnas para elegir quién conducirá el destino del país durante el próximo cuatrienio.

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