Demencial ataque de siete motochorros en Villa Castells

La ola de inseguridad no se detiene en La Plata y en las últimas horas se sumaron nuevas víctimas. Mientras tanto, los agentes policiales tratan de dar con los responsables, aunque hasta el momento todos permanecen prófugos.

El suceso más salvaje tuvo lugar alrededor de las 3 de la mañana del sábado en la puerta de una vivienda de 494 entre 12 y 13, de Villa Castells. Allí, dos jóvenes que estaban por ingresar al inmueble fueron abordados por siete delincuentes que llegaron en cuatro motos. En cuestión de segundos se les abalanzaron, los amenazaron, los golpearon y les quitaron todo lo que llevaban encima.

Aunque actuaron en manada y no es difícil detectar varios ciclomotores juntos, los numerarios de la Fuerza no pudieron dar con los hampones y hasta el momento se mantienen alejados de la Justicia.

En tanto, sujetos desconocidos vandalizaron la capilla y se robaron la imagen de la Virgen María Rosa Mística, que estaba ubicada en la exestación de trenes de Gorina, ubicada en 489 y 140 bis. La Cooperativa de Agua de Gorina expresó: “Lamentamos informar que robaron la imagen y vandalizaron la capilla”. Tampoco en esta oportunidad se sabe nada de los malvivientes.

Además, un vecino de 10 y 60 sufrió el hurto de su auto Fiat 147 de color blanco, patente SAL281, que utiliza para trabajar y rogó para que se lo devuelvan: “Los dueños de lo ajeno ni en vísperas de Navidad le dejan de cagar la vida a la gente”, dijo la víctima. Y agregó: “Pedimos que si alguien lo vio, nos avise. Es una herramienta de trabajo. No apoyen a la decadencia de este país. Si sos de esa zona céntrica y tenés cámaras, me brindarías ayuda”.

En City Bell

También un transeúnte fue víctima de la delincuencia en City Bell, cuando fue abordado por dos motochorros en inmediaciones de la plaza San Martín, más precisamente en las calles 465 y 13 B, alrededor de las 21 del lunes.

De acuerdo al damnificado, de 29 años, estaba regresando a su casa cuando fue sorprendido por los cacos, quienes lo encañonaron y le exigieron sus pertenencias. El joven, lejos de resistirse, entregó lo poco que llevaba encima (algo de dinero, su celular y una cadenita). Con el botín asegurado, los cacos se dieron a la fuga con rumbo desconocido y hasta el cierre de esta edición nada se sabía de ellos.