El cielo después del infierno
Vanesa Rial contó que volverá a ejercer su profesión y a disfrutar junto a su familia. Además, sueña con empezar nuevamente una relación amorosa, tras la condena a Martínez Poch
"Tengo la sonrisa dibujada en la cara”. Esa es la frase que representa cómo se siente Vanesa Rial después de que Cristian Martínez Poch recibiera 37 años de prisión. Para ella, desde el 31 de agosto último comenzó una nueva etapa.
“Tengo una alegría que desborda el cuerpo. Es difícil de explicar. Además, es como si me hubiera sacado una gran mochila de encima, estoy como liberada. Tengo la sonrisa dibujada en la cara. Hacía casi tres años que no sonreía de esta manera”, sostuvo la mujer, una de las víctimas de Poch.
Agregó que está entusiasmada con volver a ejercer su profesión de abogada y conocer a un hombre con quien pueda conformar una familia. “A partir de ahora, voy a seguir con otros ánimos, ya no tengo miedo”, enfatizó, y añadió que va “a empezar una nueva vida. Obviamente voy a continuar trabajando en donde estoy ahora y me enfocaré nuevamente en mi profesión, que es lo que más quiero. Confiando más que nuca en la Justicia, ayudando a la gente, y empezar la vida en sentido amoroso que ha sido muy duro todos estos años”.
La palabra del padre
Rial comentó que los grandes soportes en su vida fueron su familia y amigos. “Mi mamá está presente, pasa que ha quedado con un cuadro de depresión muy severa, por eso no fue a declarar al juicio, pero yo con ella pasé todo el 30 (de agosto) y hablé varias veces (después del veredicto). Ella y mi papá están incondicionalmente, además de mis amigos”.
Por su parte, Eduardo Rial dijo que tanto él como su hija están juntos, “esperando que termine todo este proceso de satisfacción y empezar de nuevo. Yo trabajando y ella a ver si puede empezar de nuevo su vida laboralmente”. Recordó que, al ver su imagen en televisión “no creía lo que hice; me salió de adentro toda la euforia para poder gritar lo que sufrí durante tres años”.
Respecto al condenado, el padre de Vanesa fue tajante: “En todas sus conductas, el patrón era igual: un desquiciado con las mujeres. Es un hombre que parece no haber nacido de una mujer”.
