Femicidio de Marianela Rago: el acusado, contra las cuerdas
La expareja de la joven, que fue degollada y recibió otras 23 puñaladas, fue señalada por varios testigos, que complicaron su situación.
Amigos de Marianela Rago Zapata, la joven hallada degollada y con 23 puñaladas en su departamento del barrio porteño de Balvanera en junio de 2010, coincidieron ayer en que su expareja, Francisco Amador, quien está siendo juzgado por el crimen de la joven, “la maltrataba, le pegaba” y calificaron la relación que tenían como “violenta” y “tóxica”.
Durante la tercera audiencia del debate oral por el crimen de Rago Zapata (19), dos amigas y dos amigos suyos declararon desde la ciudad fueguina de Río Grande a través de la aplicación virtual Zoom ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 29.
Los cuatro amigos de la víctima, Marcos, Victoria, Luisina e Iván, coincidieron en que Marianela y Francisco “tenían una relación tóxica”, que el hombre “era violento” y que la joven “tenía miedo”.
“Nos enteramos que él la golpeaba, tenía muchos episodios de violencia”, dijo Victoria, quien conocía a la fallecida desde el colegio primario y que continuó su relación en Buenos Aires, donde ambas llegaron para estudiar. Su testimonio fue uno de los más precisos de la jornada, ya que describió varias situaciones violentas de la pareja.
“Ella me contó del maltrato. Cuando nos vamos a vivir a Buenos Aires, a principios del 2009, me contó de golpes, maltratos por respuestas que a él no le gustaban. Si no le gustaba la cara que ponía mientras tenía relaciones, le pegaba. Tenía moretones, golpes en la cabeza”, sostuvo.
Pesadilla reiterada
También recordó otro momento violento que Marianela le relató, en el que Amador la sacó desnuda de su departamento luego de una discusión y que en otra oportunidad, en la cena de egresados de su colegio, la joven fue con moretones en su brazo.
“Otro episodio fue en la casa de la mamá de Marianela donde (Amador) cayó, discutieron en la calle y la zamarreó”, apuntó.
Al igual que los restantes testigos, Victoria remarcó una nueva situación que ocurrió cuando la pareja estaba viviendo en Capital Federal, donde la damnificada se tuvo que ir a atender a un sanatorio debido a un fuerte golpe que recibió.
“Dos meses antes de que a ella la maten, me llama llorando y me dice que tenía miedo, que le había pegado en la cabeza. Me pidió que la llame a mi mamá, que era abogada, para denunciarlo. Finalmente, no quiso hacer la denuncia, tenía miedo. La golpeó en la cabeza, la había ahorcado. Fue a verse al hospital, con él, y que se cayó de la bañadera llegó a decir”, describió.
Victoria le contó a los jueces Hugo Navarro, Juan María Ramos Padilla y Rodolfo Goerner la charla que tuvo con Marianela el día después de que la joven se vio con Amador en su departamento, el jueves anterior a que fuera asesinada, cuando la pareja ya llevaba varios meses separada.
“Me dijo que se iban a juntar para charlar. Me contó al otro día que ella le revisó el celular y parece que él también le leyó algo en su celular. Ella le terminó contando que salía con alguien y terminaron discutiendo”, aclaró.
Para la mujer, Amador “es muy manipulador”, y su amiga “era muy buena y fácil de manipular”.
“Ella pensaba que la iba a matar. Le dije que haga la denuncia, que ya eran varios maltratos. Marianela estaba en riesgo durante su relación con Amador”, exclamó.
Sobreseído
El primer testigo de la jornada fue el encargado del edificio donde vivía Marianela, quien dijo no recordar detalles de aquel 28 de junio de 2010 cuando fue hallado el cadáver.
Los testigos declararon frente al imputado, quien estuvo presente en todo momento en la sala, acompañado de sus padres.
El debate por el homicidio de Rago Zapata continuará el próximo lunes con otros testigos aportados por la querella.
Marianela fue hallada asesinada cuando su hermano Matías fue a ver qué pasaba en el departamento. La estudiante yacía en el piso del living y, según la autopsia, murió degollada y quien la asesinó le aplicó además 23 puñaladas con una cuchilla que desapareció del cajón de la cocina. El implicado también se llevó un juego de llaves, dos celulares, una notebook, un reproductor de MP3, otro de DVD y una cámara de fotos.
Entre 2013 y 2018, la jueza de instrucción Karina Zucconi sobreseyó a Amador en cinco oportunidades al creer que no había pruebas para incriminarlo y que en el departamento de la víctima se hallaron rastros del posible asesino -algunos ADN, una huella en una lata de gaseosa y una pisada-, que fueron cotejados con él y otros sospechosos, y en todos los casos el resultado fue negativo.