Femicidio de Silvia Batista: “Esperamos el juicio, ya sabemos quién fue el asesino”

La mujer fue salvajemente atacada a ladrillazos por su expareja en Olmos, en mayo de 2014, y murió meses después en el hospital. Su hija, que espera los últimos pasos para el juicio oral, dialogó en exclusiva con Trama Urbana

Las evidencias son contundentes, a mi mamá la mataron por violencia de género”. Silvina, una de las hijas de Silvia Batista (48), habló en exclusiva con el diario Hoy y dijo que está esperando una última declaración testimonial, prevista para el 4 de noviembre. Después de esa instancia decisiva, la Justicia daría inicio al juicio oral y público contra Oscar Argüello Giménez, expareja de su madre y el único imputado por el crimen, sucedido el 18 de mayo de 2014. Aquel día, el hombre la atacó a 

ladrillazos en la cara y la cabeza, hasta provocarle un desmayo, para luego abandonarla en una zanjón de Olmos. Cuatro meses después, Batista falleció en el Hospital San Martín, donde no pudo recuperarse de los golpes.  

La causa la sigue la UFI Nº5 y está caratulada como “homicidio”. “Estamos conformes con la investigación, no hubo dudas en la recolección de pruebas, fue todo muy evidente. Este hombre la había hostigado porque mi mamá lo había dejado, y no paró hasta matarla”, dijo Silvina, aún conmocionada. “Solo pedimos que se inicie pronto el juicio y que le den una condena ejemplar al asesino. Somos cinco hijos que perdimos a una madre. Ella lo había denunciado previamente”, agregó. 

Tras haberse manifestado  varias veces ante las autoridades por ataques reiterados –tanto por violencia verbal como física- Silvia, de profesión peluquera y que también trabajaba de remisera, había decidido cortar la relación, cuando no llevaba dos años de convivencia. Argüello Giménez, de nacionalidad paraguaya, ya tenía antecedentes de violencia de género y había purgado una condena en prisión. El hombre la perseguía constantemente y una tarde, cuando Silvia salía de una juntada con amigos, hasta la corrió con un cuchillo en la mano. 

“Mi mamá era reservada pero aún así nos contaba que tenía miedo. Apenas se habían conocido, aparecía con moretones y decía que la insultaba todo el tiempo.  La restricción perimetral le llegó al hombre cuando ya la había atacado”, concluyó Silvina, quien confía que el caso genere reflexión en la sociedad: “Son tantos los femicidios que se podían haber evitado si la Justicia y la Policía hubieran llegado a tiempo”. 

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