Fiesta electrónica fatal: en la Time Warp hubo más del doble de público permitido

Así lo confirmaron desde el juzgado de Sebastián Casanello, que lleva adelante la investigación. En el predio de Costa Salguero había más de 20 mil personas, cuando estaba habilitado para 13 mil.

Varios testigos ya lo habían adelantado: la fiesta estaba colmada de gente. Si bien el Gobierno de la Ciudad a través de la Agencia Gubernamental de Control argumentó que la fiesta se realizó con todas las habilitaciones correspondientes, el juez Casanello confirmó que en la Time Warp había más del doble de personas de las permitidas. Para ser más precisos, había 20.490 personas, cuando en realidad estaba habilitado para que haya alrededor de 13 mil.

Los investigadores buscaron esta información en los teléfonos porque, al parecer, los softwares de los molinetes que marcaban la cantidad de asistentes desaparecieron.

Así, al igual que en Cromañón, donde en 2004 murieron 194 personas al incendiarse un boliche bailable y donde se constató hubo corrupción y coimas en cuanto a la habilitación del lugar y la cantidad de gente que asistió, los inspectores de la Ciudad están en la mira.

Desde el Gobierno de la Ciudad habían asegurado que había 10.900 personas. Aunque,dos días después, aclararon que esa cifra se correspondía con una declaración jurada de Dell Producciones y no con una comprobación empírica.

Esta nueva información que difundió Casanello seguramente será parte de las indagatorias que tendrán lugar a partir del próximo miércoles, sobre todo cuando sea el turno de los inspectores.

Como si fuera poco,desde el Gobierno de la Ciudad habían informado que durante toda la madrugada había, al menos, tres inspectores en el lugar por lo que la situación estaría más complicada todavía.

Sólo 79 inspectores controlan los 1500 locales nocturnos de la ciudad

Estos agentes realizan unos 100 operativos por noche, o eso es lo que acusan. Gustavo Alberto Herms, Néstor Ricardo Cella y Pablo Germán Fontanellas, inspectores de la Dirección General de Fiscalización y Control de la Ciudad, de la Gerencia de Eventos Masivos, fueron citados por el juez de la causa para que cuenten qué observaron el viernes pasado, cuando supervisaron el lugar hasta entrada la madrugada del sábado. Los que tenían que controlar, no vieron nada. Ni siquiera lo básico: que no estaban conectados los molinetes que debían contabilizar la cantidad de asistentes.

La Ciudad de Buenos Aires tiene un plantel con apenas 79 inspectores -algunos son arquitectos- para controlar toda la actividad nocturna. Están divididos en equipos y hacen un promedio de 100 operativos los sábados.

Ese número de inspectores debe vigilar los más de 1500 objetivos, entre pubs, quioscos, boliches (locales bailables de clase C), estadios y complejos.

Los inspectores porteños bien podrían haber actuado como denunciantes, pero ya se señaló: no vieron nada. Es que nadie consume ni vende drogas delante de agentes equipados con un chaleco, una carpeta y un handy. "Para los asistentes a las fiestas, los inspectores son la policía. Y si hubiéramos visto algo habríamos hecho la denuncia, como lo hicimos decenas de veces", confió un funcionario porteño.

Este personal constata si los locales tienen salidas de emergencia, matafuegos, si están habilitados para actividad de baile o si venden alcohol a menores, entre decenas de requerimientos. Se enteran de su objetivo minutos antes de subirse a la camioneta que los llevará a destino. La razón: evitar que el inspector advierta al dueño del local a cambio de una "coima". El "preaviso" funciona desde hace tiempo, sobre todo en locales que violaban la prohibición de tener actividad de baile.

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