Los rasgos y la peligrosidad del psicópata: el caso del “Conde” Martínez Poch

Dos psiquiatras del caso explicaron cómo se comporta una persona con esas características. La condena al imputado fue ratificada por todas las instancias.

El 31 de agosto del 2016, el Tribunal Criminal Nº1 de La Plata condenó por unanimidad a Cristian Martínez Poch a 37 años de prisión por los delitos de “privación ilegítima de la libertad y abuso sexual con acceso carnal en forma reiterada” perpetrados contra su exnovia, Vanessa Rial, y dos de sus hijas, cuando éstas eran menores.

Los dos peritos psiquiatras que entrevistaron al imputado fueron Pablo Fortes y Eugenio Camino, quienes luego expusieron sus conclusiones en el informe. Los mismos destacaron las “habilidades sociales” del acusado, quien respondía “a cada pregunta con cuidado, midiendo la intención de la misma”.

“El relato de cada suceso de su biografía, así como de su situación actual, se caracteriza por ser estructurado como una historia interesante, que vale la pena ser oída, y que resulta verosímil; pero que tiene la particularidad de dejarlo indefectiblemente bien parado. Para lograr este efecto, como es esperable, toda responsabilidad debe ser proyectada en los otros o en una injusta trampa del destino”, explicaron los profesionales.

“Es un modo de ser”

En su análisis, también detallaron que “la imagen de sí mismo que ofrece resulta sobrevalorada si se la contrasta con los logros obtenidos, sean estos académicos, laborales, personales o afectivos. Para cada una de las áreas mencionadas, este patrón se repite y es claro su malestar e irritación cuando se lo confronta con esta contradicción”.

Martínez Poch “describe la ausencia de dificultades en su relación con las mujeres, pero queda en evidencia que con ello se alude a la seducción, pero no al mantenimiento de una relación estable y satisfactoria”, observaron los hombres y, en este sentido, concluyeron que “el Conde” es un psicópata.

Sin embargo, “la personalidad psicopática no conlleva alteración alguna para comprender la realidad o adecuar las conductas a la misma, manteniéndose la indemnidad de las capacidades psicojurídicas”, es decir, que comprendía sus actos, según los expertos. Los mismos aclararon que las características de este tipo de personalidad aluden a “un modo de ser y estar en el mundo, y no a una enfermedad”.

“La peligrosidad en este tipo de personalidades viene dada por su modo de ser, como se comprende al analizar los rasgos característicos ya señalados; y no por la aparición de una enfermedad psiquiátrica, como sería el caso, por ejemplo, de una descompensación psicótica, donde el suministro de antipsicóticos durante algunas semanas estabiliza el cuadro y reduce significativamente la posibilidad de conductas violentas”, concluyeron los profesionales.

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