Niños asaltados en Los Hornos y comerciantes que renuncian por los robos en City Bell

En 62 y 142 atacaron a un grupo de nenes, mientras que a unas cuadras de allí le robaron a otro joven. En el sector norte platense, la situación ya es crítica.

Mientras en Los Hornos se registraron al menos dos robos en cuestión de minutos -uno de ellos contra un grupo de niños-, varios comerciantes de City Bell renunciaron en las últimas horas a sus empleos luego de la ola de robos que afecta a la localidad del norte platense. Pese a la gravedad de los hechos, las autoridades policiales todavía no pudieron dar con los implicados y tampoco logran llevar tranquilidad.

Por un lado, al menos un delincuente atacó ayer a la mañana a un conjunto de nenes que circulaban por 62 y 142. Bajo amenazas, les quitaron una bicicleta. El hampón, una vez con el botín, escapó hasta la zona del jardín municipal n° 1. Una testigo del suceso persiguió al implicado mientras llamaba al servicio de emergencias 911, pero no pudo frenarlo.

Hasta el cierre de esta edición nada se sabía de él, mientras que las víctimas, aunque en buen estado de salud, se encontraban conmocionadas.

Poco antes, frente a un galpón emplazado en 141 entre 61 y 62, un motochorro atacó a un joven que iba en su bici y le sacó tanto la mochila como el celular, para después huir. “Estamos cada día peor”, se lamentó un frentista de Los Hornos, y otro expuso: “Muchas noticias malas de mi querido barrio, esperemos que cambien rápido las cosas”.

A su vez, un malviviente encañonó a un hombre el sábado a las 5.30 de la madrugada, en momentos en que el damnificado pretendía entrar el auto al garaje de su casa de 17 y 60. En cuestión de segundos, el malhechor se escapó con el vehículo, un Toyota Etios, del perjudicado.

Empleados con temor

En City Bell las cosas no marchan mejor, y tras una serie de atracos que incluyó el robo a mano armada a una farmacia del camino Belgrano y 467, los comerciantes ya no saben qué hacer para evitar los robos y muchos resolvieron dejar sus empleos.

“Uno trabaja con miedo”, dijo una trabajadora, quien agregó que para los delincuentes “es habitual robar y lo hacen con naturalidad, pero nosotros vivimos atemorizados. Hay muchos robos, mucha inseguridad y la Policía no actúa”.

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