Piden justicia a una semana del brutal femicidio

Alumnos y docentes del Liceo Mercante recordaron a la alumna de 16 años asesinada por su expareja de un tiro en la espalda. El criminal continúa prófugo

Ayer se cumplió una semana del brutal y lamentable femicidio perpetrado contra Lucía Ríos, la menor de 16 años asesinada de un tiro en la espalda por su exnovio, en la puerta de su casa de Melchor Romero. Los docentes y compañeros suyos del colegio Liceo Víctor Mercante, donde la víctima asistía, se manifestaron en reclamo de justicia, ya que hasta el cierre de esta edición el crimen se mantenía impune. 

Constanza Erbetta, la directora del establecimiento, contó que la joven, que asistía al 3º D del secundario, “era muy querida para nosotros y por todos. Estábamos trabajando para un futuro muy distinto a lo que efectivamente sucedió: su muerte, violenta, a manos de quien era su pareja, un femicidio. Era una nena muy luminosa; tenía un vínculo particular con casi todos y estaba contenta. La jornada de su terrible muerte iba a participar de la marcha por la Noche de los Lápices”.

En tanto, declaró que “tras el asesinato, lo primero que hicimos fue estar cerca de su familia y sus compañeros más cercanos durante todo el fin de semana en que se realizó el velatorio y el entierro. Luego decidimos los docentes y no docentes de la institución tomarnos un momento para encontrarnos, para escucharnos, ver cómo enfrentábamos la situación y analizar qué estrategias elaborábamos para los estudiantes. Por eso, el lunes hubo reuniones y ya el martes, con el regreso de las clases, se generó en cada aula un espacio de escucha, con el fin de darle un sentido a la muerte de Lucía. Fue muy movilizador”.

Posteriormente, detalló: “Buscamos que este dolor individual de la comunidad pueda transformarse en un hecho colectivo. No es solo el reclamo de justicia, nuestra obligación como escuela es redoblar los esfuerzos para trabajar por la desnaturalización de la violencia de género”. 

¿Se fugó a Paraguay?

Como informó este medio en sus ediciones anteriores, el hecho se produjo el 16 del corriente en 158 entre 34 y 35, donde Gustavo Arzamendia, un paraguayo de 28 años, ultimó con un revólver calibre .38 a la menor porque no estaba de acuerdo con la decisión de ella de finalizar la relación. Consumado el crimen, se dio a la fuga en su Chevrolet Corsa, patente EPI 022. El vehículo apareció al día siguiente en 604 entre 3 y 4, barrio 

Aeropuerto, donde el asesino tiene amigos. Sin embargo, él continúa prófugo, ya que no se hallaba allí ni tampoco en Berazategui, localidad en la que viven sus parientes. 

¿Dónde se esconde? Por supuesto, es una respuesta que los investigadores desconocen, aunque varios de ellos tienen algunas presunciones para nada positivas. “Una posibilidad es que se haya fugado a Paraguay, en una especie de combi clandestina que traslada hacia allá a gente de esa nacionalidad, sin papeles y sin hacer preguntas”, deslizó uno de ellos. Otro, por su parte, manifestó que “se puede estar escondiendo en un barrio de paraguayos de nuestra ciudad”. 

Lo cierto es que no aparece y, pese a no contar con recursos (no tiene dinero ni documentos, ya que fueron incautados), continúa en la clandestinidad. 

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