Pidieron la expulsión de dos policías del Comando por no intervenir ante un robo en City Bell

Delincuentes destrozaron un local de venta de motos y se llevaron un ciclomotor, además de papeles. Por el lugar pasó un patrullero, pero pasó de largo.

La inseguridad en la ciudad de La Plata no se detiene y suma día a día nuevos hechos. Varios de ellos son graves como el que ocurrió durante la madrugada del martes en un sector de City Bell, sin dudas uno de los lugares más afectados.

Dos ladrones se acercaron a las 3.48 hasta un local dedicado a la venta de motos emplazado en el Camino General Belgrano y 475. Tras revisar que no había nadie por la zona, rompieron el ventanal valiéndose de una maza paraguaya que tenían consigo y ganaron el interior. Segundos después (no llegó a pasar siquiera un minuto), escaparon del sitio apoderándose de uno de los ciclomotores que allí había, preparado para la venta. De acuerdo a los voceros consultados, se trató de una Honda Tornado XR250.

No conformes, y valiéndose de una total impunidad, regresaron instantes después, ahora para adueñarse de la documentación de varios vehículos. Ahí sí, ya con todo eso en su poder se perdieron de vista.

Lo más grave es que cinco minutos después, a las 3.53, pasó por el lugar un móvil del Comando de Patrullas La Plata. Si bien estaban todos los vidrios del comercio destrozados, siguieron de largo sin percatarse del suceso o bien viéndolo, pero sin intenciones de intervenir. Para su desgracia, todo quedó registrado en cámaras de seguridad, que están en poder de las autoridades. “Ya pedimos la desafectación de ambos agentes”, le contó a Trama Urbana un jefe de la Fuerza. Ahora, el caso está siendo investigado por Asuntos Internos de la Policía de la Provincia de Buenos Aires. “Fue muy grave lo que pasó”, admitió un pesquisa.

En tanto, hasta el cierre de esta edición nada se sabía de los involucrados, pese a la grabación que ya está en manos oficiales.

También en Tolosa

En otro hecho, un pet shop de Tolosa se enfrentó al accionar delictivo ayer a la tarde, cuando un grupo de hampones de entre 13 y 15 años sorprendió a la empleada. Como ya habían sufrido otros dos atracos desde agosto a esta parte decidieron trabajar con la puerta cerrada, pero eso no impidió un nuevo ataque.

Uno de los cacos se asomó por la ventanilla, apuntó con una pistola a la mujer que allí estaba y le pidió el dinero de la caja. Ella se fue corriendo al fondo del local y el malviviente, lejos de huir, metió una mano por la pequeña ventana y abrió la puerta. Una vez adentro, increpó a la víctima terminó sacándole el dinero de la caja y un anillo de oro. “La zona está liberada”, se lamentó la perjudicada.

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