Poch: una amiga de la víctima relató la odisea que vivió tras la denuncia

Comentó que Rial cambió su personalidad y tenía terror de volver a ver al acusado. Una médica constató las lesiones

Tras un cuarto intermedio de un día, se reanudó ayer el juicio a Cristian Martínez Poch, acusado de privación ilegal de la libertad y abuso sexual tanto hacia su expareja, la abogada Vanesa Rial, como a dos de sus hijas cuando eran menores de edad. 

En esta jornada, entre otros, declaró Marina Sosa, una amiga de la víctima, quien dijo: “El 29 de agosto (de 2013) pasé por la esquina del Colegio de Abogados, la vi y me acerqué a saludarla. Tenía una sonrisa nerviosa y no me miraba”. La también letrada agregó que Rial le contó que se estaba quedando en casa del imputado.

Después, “en 14 y 47 estaba estacionada una moto, se encontraba ella (Vanesa) y Poch. Ella tenía un ojo negro. Le pregunté qué le había pasado y me aseguró que le había vuelto a dar un síncope”, sostuvo, y añadió que llamó en más de una ocasión a su amiga en los días siguientes sin lograr comunicarse. Se enteró por los medios de lo que le había ocurrido.

Después de que la víctima hizo la denuncia y volvió a vivir con sus padres, la testigo comentó que la fue a visitar, y resaltó que, al escuchar el ladrido de un perro, Rial agarró el teléfono y gritó, aterrada, que el “Conde” venía a matarla. “Estaba como escondida detrás de una pared, llorando. Intenté calmarla”, dijo. Después de esa relación, según Sosa, la abogada cambió su forma de ser. 

Palabra oficial 

También declaró una de las médicas que atendieron a Rial tres días después de que esta hiciera la denuncia. La doctora Mónica Pilar Méndez comentó que, según el relato de la paciente, esta “había estado 45 días en la casa de su expareja”, que en ese transcurso había sido golpea­da y amenazada con armas de fuego y había sido obligada a mantener relaciones en contra de su voluntad. 

“Estaba muy nerviosa”, sentenció la profesional y detalló que la damnificada “tenía múltiples lesiones en la zona vaginal, excoriaciones en las rodillas y una herida en la mano izquierda”, entre otras lesiones.