Sigue libre pese a tener 45 denuncias

Una mujer le contó a Trama Urbana la odisea que vive junto a sus hijas debido a que la Justicia aún no actuó para detener a su expareja

Adriana Toporovskaja (55) aún no puede creer que se haya salvado el 24 de marzo del año pasado cuando su expareja intentó asesinarla con un cuchillo, ante la presencia de sus tres hijas menores quienes, aterradas, miraban la escena. Una semana después hizo la primera de las 45 denuncias en la Fiscalía de Morón.


A pesar de que la causa fue elevada a juicio oral, ni ella ni su abogado lograron que el sujeto fuera detenido. Desesperada, se comunicó con este diario para contar su odisea. “Estuve dos años con esta persona sin mediar convivencia, desde 2014 hasta marzo de 2016, cuando me tomó por el cuello para ahorcarme. Decía que estaba celoso”, explicó.


“No se quería ir del edificio, entonces le pregunté si tenía pensado matarnos a las cuatro, porque una no sabe cómo pueden reaccionar estos psicópatas. Parece que entonces recapacitó, cerré la puerta y de ahí nunca más lo quise atender, ni siquiera por teléfono; pero empezó a mandar mensajes de texto amenazándonos de muerte a mis hijas y a mí”, relató. Incluso el imputado orinó varias veces la entrada del comercio que Adriana tiene.


“A mis nenas las fue a buscar al colegio, nos tuvimos que refugiar en un hotel y hace dos meses nos persiguió por la calle”, sostuvo. Además, recordó un hecho puntual: cuando “iba caminando con mis nenas hacia el instituto donde estudian, les pedí a los directivos que me las tuvieran (a las niñas) ahí refugiadas y toqué el botón antipánico que tengo, porque nos estaba siguiendo”.


Aseveró que “él quería rehacer la relación pero yo nunca más quise saber nada. Insistía tanto que el 31 de marzo de 2016 hice mi primera denuncia en la Comisaría de la Mujer. Aún estoy esperando que la Justicia designe  una fecha de juicio oral”, agregó la denunciante. Mientras tanto, el acusado transita la zona todavía en libertad y continúa trabajando como chofer en una línea de colectivo.


Según relató Toporovskaja, el Juzgado de Familia nº 9 estableció una restricción perimetral y la comisaría local le entregó un botón antipánico que funciona “de vez en cuando, ya que se queda sin señal algunos días”. A pesar de que su expareja tiene prohibido acercarse a ella y a sus hijas, el sujeto violó esa orden y le aseguró a la víctima que anda armado. “Ya no sé qué hacer, vivo angustiada”, enfatizó Adriana.

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