Siguen prófugos los motochorros que balearon al empleado en Barrio Norte

Mientras los agentes policiales buscan a los dos motochorros que durante un brutal y sangriento asalto en pleno Barrio Norte balearon salvajemente a un empleado, este se recupera en su casa de la herida y del mal momento vivido, señalaron ayer fuentes oficiales abocadas a la causa.

Tal como informó este medio en exclusiva en la edición anterior, la víctima, llamada Ariel y domiciliada a pocas cuadras de donde fue atacada, fue sorprendida la noche del domingo en la calle 37, entre 11 y 12, mientras circulaba en su bicicleta, por dos hombres a bordo de un ciclomotor.

Estos, a punta de pistola, le exigieron el rodado y todas sus pertenencias, y él, indignado, accedió sin intentar defenderse. No obstante, el intruso que manipulaba el arma de fuego le disparó de todos modos, y el proyectil le impactó en la pierna izquierda, más precisamente a la altura de isquiotibial, dejándole un orificio de entrada y salida.

Enojo hacia la policía

Consumado el atraco y la agresión, los malvivientes escaparon con rumbo desconocido y un llamado al servicio de emergencias 911 alertó al personal de la fuerza, por lo que se hizo presente un patrullero. Los numerarios constataron la denuncia y convocaron a una ambulancia, los paramédicos trasladaron al damnificado hasta el hospital Rossi. Allí los galenos lo asistieron, lo estabilizaron y comprobaron que por fortuna su vida no corría peligro. Aun así, quedó internado para que se termine de recuperar.

Lo único que pudo aportar de los asaltantes es que huyeron hacia la avenida 32, donde los perdió de vista, por lo que ahora serán claves los peritajes a las diferentes cámaras de seguridad de la zona para ver si en alguna quedó registrado el accionar criminal.

Tomó intervención la comisaría Segunda, con jurisdicción en la zona, y la Unidad Funcional de Instrucción número 17 en turno, donde se abrió una causa penal caratulada como “robo calificado por el empleo de arma de fuego y lesiones”.

Los vecinos, enojados y ya completamente hartos, aseveraron que “la zona está liberada por la Policía. Hay decenas de robos a diario, motochorros por todos lados. Nadie nos cuida. Cuidan más al delincuente que al hombre de bien”.

Otro dijo que no descartan acercarse hasta la seccional para pedir explicaciones al comisario, “aunque de nada sirva”.