Abasto

Una patota atacó en Abasto a un joven de 18 años: lo dejó tuerto y desfigurado

Los salvajes fueron cuatro, y estaban en una fiesta clandestina. Se mantienen prófugos. Agredieron a la víctima cuando iba al kiosco junto a su hermano menor.

Un joven de 18 años perdió la visión de uno de sus ojos y estuvo cerca de la muerte luego de haber sido atacado en Abasto de manera atroz por una patota integrada por cuatro personas.

Estas, pese a la denuncia policial radicada se encuentran prófugas, informaron ayer fuentes policiales y también los familiares de la víctima.

Todo se inició alrededor de las 3 de la madrugada del domingo cuando Maicol Rivero fue junto a su hermano de 16 hasta un kiosco ubicado en la zona de 521 entre 209 y 210. Pasaron por el frente de una casa donde se estaba desarrollando una fiesta clandestina y en cuyo interior había, al menos, 50 personas.

Cuatro de ellas conocían al muchacho ya que trabajan juntos en un campo hortícola de Arana y, de la nada, empezaron a agredir al menor. Maicol salió en su defensa, pidiéndoles que cesaran con las burlas, pero los salvajes no solo no le hicieron caso sino que se abalanzaron directamente contra él.

Lo sometieron así a una tremenda paliza, que incluyó trompadas, patadas, piedrazos y hasta le cortaron uno de los ojos con el filo de una botella. No conformes, remataron el bestial y cobarde acto partiéndole un adoquín en el cráneo, lo que lo llevó a la rápida inconsciencia.

Marcha

Consumado el ataque, se dieron a la fuga y la familia de la víctima se comunicó con el 911, pero el hospital Alejandro Korn de Melchor Romero “no quiso hacerse cargo de traer una ambulancia”, denunciaron. De esa manera, tuvieron que trasladarlo por sus propios medios en un remís hasta el Rossi, donde lo atendieron en la guardia y constataron la gravedad de las lesiones. “Estaba desfigurado”, relataron.

El muchacho quedó internado, en grave estado, y fue sometido a una intervención quirúrgica, donde se logró estabilizarlo. Sin embargo, “nada pudo hacerse con el ojo derecho, y perdió la visión”, dijeron sus allegados, para añadir que el joven “necesita una prótesis que no podemos costear” y aseveraron que “le arruinaron la vida”.

La denuncia fue radicada en la comisaría Séptima, donde se inició una causa caratulada por el momento como “lesiones graves”, y si bien los cuatro implicados están identificados, hasta el momento no los capturaron. “La Policía dice que no puede hacer nada, es una vergüenza lo que está pasando”, expuso la hermana de Maicol, mientras que su tía añadió: “No queremos que haya otro caso como el de Fernando Báez Sosa. Buscamos justicia”.

Para procurar que la causa se mueva y avance, esta mañana, a partir de las 10, se reunirán en las puertas de las fiscalías
platenses.

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