En Brasil se hicieron todos hinchas de Holanda...

A diferencia de la hospitalidad de la primera fase, los brasileños ya no ocultan su malestar por el progreso de Argentina en el Mundial. Pase lo que pase hoy en la primera semifinal, el estadio Arena Corinthians será mañana una caldera alentando por el equipo naranja

De repente, para muchos brasileños, Arjen Ro­bben y Robin Van Persie pasaron a ser los santos a los cuales les prenden velas para que Argentina no llegue a la final de la Copa del Mundo.

A medida que el seleccionado de Alejandro Sabella fue pasando de fases, los torcedores del Scratch fueron mutando simpatía por rivalidad. Ya ni siquiera el más fanático seguidor del Atlético Mineiro quiere que Argentina llegue a la final del Mundial, en un claro reflejo de cómo se vivirá la gesta mundialista durante los últimos seis días. 

Tal cual había ocurrido con Suiza en San Pablo, un minúsculo grupo de hinchas de Bélgica se vio fuertemente respaldado por los brasileños que ya habían comprado entradas de manera anticipada. 

Aquí la lesión de Neymar es considerada una cuestión de estado nacional y, a menos de una semana de conocerse el nuevo campeón de mundo, a nadie se le cruza por la cabeza que realmente Lionel Messi se pueda llevar la Copa. 

Por tal motivo, la Selección de Sabella deberá fortalecer aún más los lazos de compañerismo y deberá sacar a relucir el hambre y las ganas de quedar en la historia para sobreponerse a lo que en Brasil ya tienen decidido: hacer sentir más visitante que nunca al equipo albiceleste. 

Si bien en Belo Horizonte comienza a observarse más movimiento por el partido de esta tarde ante Alemania, hay más temor de que Argentina se termine consagrando que expectativas por la conquista de la sexta Copa por parte del equipo anfitrión. 

Algunos, incluso, sostienen que pase lo que pase en Brasil-Alemania, el Arena Corinthians de San Pablo será mañana una caldera alentando por el equipo naranja. En efecto, los jugadores de la Selección, con el cuerpo técnico a la cabeza, deberán mentalizarse de que habrá más de un factor a tener en cuenta para intentar consumar el objetivo que tiene a más de 40 millones de argentinos expectantes. 

Burlas a Maradona de muy mal gusto

El Mundial 2014 terminó de confirmar que las hinchadas argentinas son las principales exportadoras de canciones de cancha en todo el mundo. Hasta los propios brasileños reconocen estar por debajo de la inventiva criolla. 

Estrofas como las de “oleee, oleee, oleee, oleee, Suiza, Suiza” quedaron en la memoria de miles de argentinos tras lo ocurrido en el estadio Arena Corinthians, cuando los europeos saltaron al campo de juego para afrontar el partido de los octavos de final. Lo mismo ocurre en Brasil con Neymar, cuando se copia el tradicional “oleee…oleee, oleee, oleee, Diego, Diego”. 

Los hermanos anfitriones, sin embargo, no soportaron que los argentinos empiecen a entonar diferentes melodías alusivas a la rivalidad histórica, que recuerdan en todo momento la eliminación del Scratch del Mundial ’90. Por tal motivo, en los últimos partidos que jugó el equipo de Sabella (tanto en San Pablo como en Brasilia), hicieron sentir la nueva canción adoptada como himno nacional brasileño, que intenta silenciar el histórico “Maradona es más grande que Pelé”. 

Entonces cantan: “¡Mil gol… mil gol… mil gol, mil gol, mil gol!… solo Pelé hizo mil goles… Maradona se la toma”, en alusión a la reconocida adicción del excapitán de la Selección. 

La pregunta que muchos argentinos se hacen el Brasil es cuál es el registro de los famosos mil goles que se arroga Pelé. Además, los brasileños intentaron contrarrestar el hit de cancha del Mundial 2014: “Brasil… decime qué se siente…”. En tal sentido, los torcedores inventaron una letra con una melodía parecida que expresa lo siguiente: “Argentino, argentino… que tristeza que tenés… vos sólo tenés dos copas… una menos que Pelé…”

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