Cercada por la Justicia, CFK recalcula

corralada por las múltiples denuncias de corrupción que pesan contra su figura, la expresidenta Cristina Kirchner regresó anoche a Buenos Aires para tratar de coordinar en persona la defensa que llevará adelante en Tribunales para tratar de frenar el alcance de la ley sobre su persona.

Su regreso a la tierra política por excelencia no fue lo que ella deseaba. El mal clima reinante y los casos de José López y Julio De Vido presentes en la memoria popular, hicieron que solo una escasa cantidad de militantes, en su mayoría pertenecientes a La Cámpora, se acercaran a saludarla y brindarle su apoyo ante el “mal momento” que se encuentra atravesando.

El extitular de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Oscar Parrilli, y el intendente de la localidad de Avellaneda, Jorge Ferraresi, fueron de los escasos dirigentes políticos que se dejaron ver anoche en Aeroparque, dando muestras del poco poder de convocatoria de la exjefa de Estado.

Escasa motivación

El motivo de su estadía en territorio porteño no es solo el armado de una estrategia judicial para defenderse en los casos que la asolan en Tribunales, sino que además espera recuperar el encanto y conducción política perdida tras caer el FpV en las elecciones del año pasado.

La tarea por el momento no es fácil, ya que desde el peronismo son más las personas que planean dejar el espacio K que aquellos que están convencidos de seguir a CFK. Muestra de ello fue la soledad que los legisladores puros del kirchnerismo han venido manteniendo, en las últimas semanas, en el Congreso de la Nación, con múltiples fracturas en su interior.

La soledad del poder ha hecho que su voz pierda la fascinación que alguna vez supo tener. Esto pudo observarse en cómo altos miembros de su gobierno, como el caso del exministro de Salud y actual gobernador de Tucumán, Juan Manzur, hayan salido a decir que “el kirchnerismo ya pasó”, buscando nuevos bríos políticos en su horizonte.

Según se pudo conocer, la expresidenta recorrerá el país dando múltiples charlas y encuentros con dirigentes, con el objetivo central de “calmar a la tropa” y “alinear” a los díscolos que plantean terminar con la forma de construcción política del kirchnerismo.

Además, Cristina tomaría la iniciativa política al mostrarse como “la referente” de la oposición a Mauricio Macri, y presentaría con los legisladores que aún le responden una batería de medidas legislativas que sirvan para superar el ajuste ejecutado por el gobierno de Cambiemos. 

Las necesidades políticas y personales han hecho que la exmandataria haya abandonado la tranquilidad de El Calafate, su “lugar en el mundo”, para bajar nuevamente al barro político y tratar de encolumnar a sus seguidores, tarea que por el momento, no será para nada sencilla.

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